La crisis de la coca en Colombia: hambre y desolación

Casi nadie se iba a imaginar que ese que algún día fue uno de los negocios ilegales más lucrativos en Colombia y el mundo hoy por hoy se encuentra en una tremenda crisis. Cerca de 280.000 familias que dependían del cultivo de coca están aguantando física hambre. La economía de la coca ha entrado en una tremenda situación, cerca de 800.000 personas que viven en esa otra Colombia difícilmente podrán subsistir, la arroba de hoja de coca que hasta hace un año se pagaba en $65.000 o $70.000, hoy en día no alcanza los $35.000, ni para pagar los costos de producción. La base de coca ha caído de $ 2.500.000 a $ 1.500.000 el kilo, perdiendo un millón de pesos en tan solo 8 meses.
Negocios comerciales, restaurantes, hoteles y almacenes de insumos agrícolas se encuentran cerrados, los transportadores, raspachines, jornaleros, cocineros y ayudantes se quedaron sin nada que hacer y con las manos vacías. Con esto surge la siguiente pregunta: ¿qué actividades licitas o ilícitas van a realizar estas personas para garantizar su supervivencia?
Una de las peores crisis se vive en el departamento de Norte de Santander, especialmente en las zonas del Catatumbo - Tibú, el Zulia y la Gamarra, así mismo en los departamentos de Cauca, Nariño, Putumayo y Guaviare, principales productores de hoja de coca, pasta de coca y posteriormente cocaína de alta pureza.
Existen varias hipótesis sobre esta crisis: la importación de pasta de coca desde Perú y Bolivia que ha saturado el mercado regional, la sobreproducción y almacenamiento de la mercancía por parte de grupos ilegales, los cambios en la cúpula militar que presuntamente y según algunos analistas afecto la cadena de custodia para la salida del alcaloide, así como los duros golpes al narcotráfico y grupos armados reincidentes. Todas estas presuntas conjeturas podrían ser validas y parte del problema.
Independientemente de estas hipótesis o teorías conspirativas, existe una situación o causa de fondo que guarda mayor coherencia con esta crisis, como lo es la estrepitosa caída en el consumo de cocaína en los Estados Unidos, al ser desplazada por otro tipo de sustancias psicoactivas que se convierten en tendencia entre los consumidores. Nuevas drogas sintéticas que entran al mercado provenientes de México y Europa, como el fentanilo, que es un potente analgésico opioide sintético que es usado para fabricar sustancias o combinaciones más adictivas que la cocaína, así como otras nuevas sustancias sintéticas más fáciles producir, transportar o comercializar por parte de organizaciones ilegales internacionales.
La cadena productiva de la cocaína en Colombia se quedó en lo mismo de hace 30 años, mientras otras cadenas o productos psicoactivos evolucionaron o se legalizaron, la cocaína y su cadena productiva se quedó obsoleta perdiendo el poderoso espacio que algún día le permitió generar miles de millones de dólares en cabeza de los más reconocidos capos del narcotráfico. Seguramente los grupos al margen de la ley que operan en Colombia estarán tratando de virar hacia otros mercados en Europa, Asia e incluso África, para no perder su poder y hegemonía. ¿Cuál será la estrategia de supervivencia de estos grupos u organizaciones ilegales?
Según la última encuesta de opinión, la principal preocupación de los colombianos es la seguridad. No se tiene claridad sobre cual será la ruta que tome el gobierno del presidente Petro frente esta difícil coyuntura. A pesar de la amplia desaprobación que han expresado los ciudadanos respecto del gobierno en la precitada encuesta, esperamos presidente que se apriete el cinturón y tome las mejores decisiones para el país, si a usted le va bien, nos va bien a todos. Debemos estar en procura de aportar y construir, Colombia esta primero.