La planificación de vida y los efectos en las finanzas personales

De manera casi generalizada solamente hacemos planes de vida cuando somos impactados por situaciones adversas, y ahí parte el primer gran error. Es indispensable que la planificación de vida se haga un habito permanente sobre todo desde los primeros años de vida en los cuales empezamos a asumir responsabilidades.
Un proyecto de vida no es sinónimo de planes rigurosos, ni fórmulas mágicas para ser felices o inmensamente ricos, no se trata tampoco de programarlo todo, ni de tener todas las respuestas; quiere decir más bien, cosas tan sencillas como reconocernos en cuanto a gustos, necesidades, qué es lo que realmente queremos y con qué y con cuanto contamos para satisfacer las necesidades de vida. Adicional a esto, tener una actitud proactiva para desarrollar un plan de acción integral de propósitos de vida y organización financiera, buscando que el día a día sea más coherente con nuestros sueños y expectativas, y ante todo desarrollar nuestro potencial personal y de estabilidad financiera.
De esa manera es indispensable crear un plan que nos permita diseñar una AGENDA DE VIDA para que no tengamos que renunciar a tener una vida significativa, en la cual podamos identificar claramente nuestros sueños y propósitos formulados a través de una línea de tiempo que nos permita ir cumpliendo con esos propósitos. Tener un proyecto de vida es, reconocernos, saber lo que queremos, ser coherentes con nosotros mismos y sobre todo desarrollar nuestras potencialidades.
Es necesario antes de iniciar la construcción de una agenda de vida tener en cuenta que no debemos hacerlo bajo el efecto de un entusiasmo momentáneo o desmedido, debemos encontrar y clarificar cual es el propósito, de igual manera no podemos pensar que vamos a modelar la vida en un plan que no debe pasar de dos o tres hojas. Este plan debemos construirlo con calma en momentos de tranquilidad y sobre todo con alto nivel de reflexión y verdad propia.
Como en cualquier proyecto es importante hacernos un diagnostico real de nosotros mismos, y a partir de ahí clarificar cual será nuestro proyecto de vida que se fundamenta en la búsqueda de logros y propósitos, y visionar el horizonte realizable en tiempos definidos, con evaluaciones y seguimientos anuales que nos permitan identificar los cumplimientos de nuestro plan de vida.
Mirar la vida de manera integral nos permite que el poder SER como individuos con un sentido de vida, nos lleve al poder HACER lo que previamente hemos planificado y con anticipación podamos TENER, de acuerdo con los recursos que paseemos y necesitamos pensando en cosas tangibles como la vivienda, vehículos o bienes de lujo o tecnología o intangibles como la educación o la diversión.
Estos tres roles del ser, hacer y tener, nos lleva a ser personas con éxito siempre y cuando se planifique la vida; se tienen efectos en la organización de nuestro hogar, familias felices, y ante todo personas con claridad sobre sus propósitos y capacidades. Un ejemplo común y diferencial entre las personas que planifican y no, en temas financieros, es la utilización de la prima legal que se empieza a pagar en este mes, como lo afirma el doctor Omar Patiño experto en finanzas personales. “cuanto hay dinero en bolsillo o en la cuenta, se genera una falsa sensación de riqueza, que impulsa a las personas a gastar en cosas que al final del día muy seguramente no eran tan necesarias”.
Alberto Montoya Patiño - Director de la Comisión Regional de Competitividad.