Los invito a tomar una buena taza de café
El café es sin lugar a duda, una de las bebidas más populares en el mundo cuyo consumo ha experimentado crecimiento constante en los últimos años. En países como Estados Unidos, Alemania, Francia, Finlandia, Suecia, Países Bajos y Japón, entre otros, el consumo de café per cápita ha aumentado considerablemente presentando la tendencia entre los consumidores hacia una marcada preferencia por cafés especiales de alta calidad.
Los consumidores de café, especialmente los millennials, se interesan cada día más por la sostenibilidad y el comercio justo en toda la cadena productiva del café, tomando relevancia la calidad de vida y estabilidad socioeconómica de los caficultores. Desafortunadamente los caficultores, son quienes más trabajo y sacrificio ponen y a su vez quienes menos ingresos perciben, son el eslabón más injusto en esta gran cadena global pues los intermediarios y las grandes multinacionales se quedan con la mayor parte del pastel.
Actualmente en Colombia viven 540.000 familias caficultoras distribuidas en las regiones cafeteras del país. Solo en la región RAP Eje Cafetero conformada por los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Tolima, existen 115.000 familias cafeteras cultivando aproximadamente 235 mil hectáreas. En esta región convertida en un destino cafetero, turístico y cultural, es posible encontrar más de un centenar de tiendas de café.
La cultura en el consumo de buen café viene tomando fuerza en el país gracias a la creación y expansión de tiendas de café. Este crecimiento de las tiendas de café de especialidad viene generando una inmensa demanda de expertos asesores y preparadores más conocidos como baristas o artistas del café. Barista es “un profesional especializado en la preparación del café en un establecimiento que cuente con los métodos artesanales adecuados”. Los baristas llegan a ser auténticos artistas en la preparación de café, entendiendo las necesidades del mercado y de los clientes, acoplando los métodos de preparación más adecuados de acuerdo con la variedad o tipo de café y los respectivos procesos de cosecha, beneficio, maduración, fermentación, secado, trilla y tostión por los que ha tenido que pasar el grano antes de convertirse en una excelente taza.
Bien vale la pena resaltar que muchos de los cafés comerciales consumidos en Colombia y comercializados por las más reconocidas marcas, son elaborados con cafés de baja calidad provenientes de Brasil, Ecuador, Perú, El Salvador o Vietnam, cafés que sin desmeritar, están muy por debajo en calidad o taza en comparación con los buenos cafés producidos en nuestras montañas. Parece irónico, pero así es: mientras los mejores cafés de Colombia son exportados a mercados mundiales exclusivos, acá en Colombia consumimos lo peor del café.
La invitación es a consumir lo nuestro; hoy mismo vaya a una tienda de café, invite a su familia, amigo, amiga o pareja a disfrutar de una buena taza, eso sí, pídale al barista que le explique qué café es, de cuál departamento o municipio proviene y qué procesos tiene; permita que la preparación se haga mediante el método recomendado por el barista ojalá a la vista para poder apreciar esa comunión entre el agua y el café. Mire cada detalle, degústelo despacio, observe el color y sienta el cuerpo, encuentre los aromas, sabores o matices, permítase vivir ese maravilloso espacio de café, arte y poesía.