¿Cuál es la vocación económica de Ibagué?
Se entiende por vocación económica la actividad o conjunto de actividades productivas que se consideran pertinentes para realizarse en un territorio. En esto existen dos tipos de ventajas: las comparativas, es decir, los atributos dados por la naturaleza y el entorno como ubicación, clima, agua o recursos naturales y las competitivas que son los instrumentos dados para el desarrollo de actividades económicas como las conexiones viales, las infraestructuras productivas, sistemas de riego, servicios públicos adecuados, incentivos, mano de obra o talento humano calificado de alta calidad, entre otros aspectos.
Antes de definir cuáles son las vocaciones económicas para el municipio de Ibagué, debemos tener en cuenta la dimensión económica del territorio. Existen dos dimensiones: la urbana que se establece en una porción de territorio equivalente al 6% de la totalidad de la extensión, sus 13 comunas y algunas zonas de expansión y la rural, equivalente al 94% del territorio subdividido en 17 corregimientos con sus 133 veredas conformando esa Ibagué desconocida para una gran mayoría, un territorio realmente inmenso que suma 1.439 kilómetros cuadrados.
En la visión 2025 para el Tolima y en otros instrumentos como las agendas de competitividad, se han definido unas vocaciones muy generales como agroindustria, logística, turismo e industria cultural. Sin embargo, los instrumentos técnicos que permiten y avalan el desarrollo de estas vocaciones económicas o productivas son los planes de ordenamiento llámense EOT Esquema de Ordenamiento Territorial en municipios de menos de 30 mil habitantes; PBOT, Plan Básico de Ordenamiento Territorial en municipios que poseen entre 30 mil y 100 mil habitantes y POT o Plan de Ordenamiento Territorial en municipio de más de 100 mil habitantes, como es el caso de Ibagué, único municipio del Tolima que tiene POT. En este sentido ha sido este plan de ordenamiento el que ha permitido, o a su vez ha impedido, el desarrollo de las vocaciones urbanas o rurales en Ibagué.
Lastimosamente debo decirlo, el POT de Ibagué no fue diseñado por visionarios que pensaran el desarrollo de la ciudad en prospectiva con proyección para que las vocaciones ya mencionadas se pudieran desarrollar correctamente en el municipio. Al POT le faltaron orden, visión y una batería de complementos normativos así como urbanismos necesarios para el desarrollo de las vocaciones económicas. Uno de los grandes vacíos en este instrumento ha sido la falta de articulación de este con las empresas prestadoras de servicios públicos, con las agencias de desarrollo como la Cámara de Comercio y los gremios y con la autoridad ambiental.
Llevamos 20 años pisándonos la manguera sin desarrollar proyectos ambiciosos en materia productiva. La mayoría de grandes empresas que se crearon en Ibagué llegaron gracias a la catástrofe de Armero la cual dio lugar a la Ley 44 de 1987 con sus exenciones de renta por 10 años a las empresas que se localizaran en el departamento del Tolima. Se terminaron estos beneficios y muchas de ellas se fueron, quedando algunas por unos años como la ya difunta FIBRATOLIMA, cuyas bodegas están siendo derrumbadas para que, sobre lo que algún día fue el foco de la cadena algodón - textil – confección, se construyan apartamentos o vivienda VIS. Queda viva una empresa que, sin ser de tolimenses, sí genera empleo en el Tolima: es el caso de Industrial Aliadas ubicada en el sector de Mirolindo, antigua zona industrial, que reportó casi U$ 70 millones de dólares en exportaciones de esencias de café. Es casi la única sobreviviente de las más de 800 que llegaron al Tolima en busca de beneficios después de la tragedia de Armero.
Las vocaciones de la Ibagué urbana se enfocan hoy en actividades de comercio y servicios donde el turismo de ocio, la gastronomía y la rumba (mesa y bar), adquieren una importancia total, así como el turismo MICE enfocado en la realización de ferias, eventos y convenciones. El turismo de salud es otra de las grandes oportunidades pues la ubicación, el clima y la excelente red de salud que hoy tiene Ibagué, la convierten en una ciudad privilegiada para la ubicación de una zona franca para la prestación de servicios de salud de alta calidad. Ibagué Destino Deporte, gracias a los modernos escenarios deportivos que quedaron después de la realización del mundial de patinaje y de otra cantidad de eventos deportivos, hacen de esta capital un privilegiado destino deportivo.
De acuerdo con esta vocación, Ibagué requiere un moderno Centro Multipropósito para la realización de eventos y convenciones, así como del aumento de la infraestructura hotelera. La implantación de parques empresariales, comerciales, logísticos o agroindustriales es otra vocación que debemos desarrollar pues la conexión terrestre que ofrecen las vías 4G – dobles calzadas, hace de Ibagué un paraíso de inversión que aun no hemos descubierto. Las inversiones se deben enfocar en urbanizar la pequeña zona industrial establecida en el POT mediante el Decreto 0823 de 2014, que solo abarca el 1,4% del territorio. Por esto necesitamos un alcalde visionario para actualizar el POT y ponerlo al servicio de las vocaciones económicas de la Ibagué Urbana.
En cuanto a la Ibagué rural, tenemos una despensa agrícola inimaginable en el centro del país: 80 mil hectáreas aptas para la agricultura de las cuales solo se utilizan 25 mil. Ibagué no solo es el tercer productor de café en el Tolima con cerca de 7.700 hectáreas, también es un privilegiado municipio productor de arroz en más de 10 mil hectáreas. Cuando digo privilegiado es porque en estas tierras se produce el arroz con denominación de origen, el arroz de la meseta reconocido en Colombia y el mundo por su inigualables condiciones, textura y sabor.
Ahora qué decir de la producción de frijol, tomate, uchuva, arracacha y otra gran variedad de productos PANCOGER que garantizan la seguridad y sostenibilidad alimentaria de las poblaciones aledañas. La industria pecuaria productora de aves de corral y huevos es otra de las grandes oportunidades de este territorio. El turismo de naturaleza toma una fuerza impresionante pues tenemos parques temáticos en la cálida meseta y un desarrollo de actividades de turismo de montaña hacia la zona del Cañón del Combeima que es un verdadero paraíso.
En conclusión, Ibagué es un tesoro de oportunidades que requiere de voluntad y unidad para desarrollar sus vocaciones. Lamentable que hoy varios de los precandidatos a la alcaldía de Ibagué estén más enfocados en la politiquería, la demagogia y el ataque rastrero a los opositores, olvidando que lo más importante es generar una visión optimista de ciudad para atraer inversión y desarrollar grandes proyectos.