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Ibagué, donde septuplicamos su inversión

Nuestra región y ciudad son empresas en las que nosotros invertimos, y por lo tanto esperamos un retorno. Pero también debemos ser realistas y no tragar entero. Por: Alejandra Guerrero Fajardo.
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Javier Pérez / Ecos del Combeima
4 Sep 2020 - 12:25 COT por Ecos del Combeima

Se nos han presentado recientemente la noticia del inicio de varias licitaciones a nivel regional. Incluso hay opiniones que aseveran que el gasto público se transforma instantáneamente en crecimiento económico. Es un error asumir esto, y un error aún mayor asumir que la única manera de recuperar una economía que lleva décadas siendo manejada por favores políticos es por medio de gastar el erario. Como he escrito varias veces, el presupuesto del gobierno depende de cuantos impuestos paguemos todos nosotros como ciudadanos contribuyentes en actividades legales. ¿Cómo va el gobierno a mantener un ritmo de recaudo para hacer gasto en un momento de deflación y con una tasa de desempleo del 40%?

Primero que todo, el gasto público sólo genera crecimiento cuando está enfocado en el capital humano (educación) o Infraestructura (obras públicas). Las donaciones, fiestas, publicidad y demás actos proselitistas es botar los recursos a la basura y encarecer el nivel de vida. Por lo tanto, antes de celebrar apertura de licitaciones, deberíamos decidir si realmente van a generar algún retorno positivo por medio del costo de oportunidad. Como dato curioso el gasto del gobierno ha crecido exponencialmente en los últimos años, sin embargo, nuestra economía sigue no solo estancada, sino además endeudada.  

Otro dato importante es el análisis de la manera en que se recauda el dinero público. La ciudad necesita mantener el gasto porque nuestros gobernantes insisten en la fórmula “mágica” de gastar para crecer. La manera más sencilla para lograr este recaudo es por medio de impuestos, el impuesto a la renta, el IVA... Normalmente son impuestos regresivos, que generan distorsiones en el mercado. Llevamos años exprimiendo nuestros bolsillos y sacrificando bienestar, pero esta inversión que nosotros como ciudadanos hacemos por nuestra ciudad no se ve invertida en la misma. ¿De donde los entes regionales van a mantener sus ingresos con una ciudadanía que no tiene ingresos porque no tiene empleo? 

Nuestra región y ciudad son empresas en las que nosotros invertimos, y por lo tanto esperamos un retorno. Pero también debemos ser realistas y no tragar entero. Debemos instar a nuestros funcionarios públicos a que nos presenten un retorno y no solo nos den números al aire. En el caso de Ibagué algunos han afirmado retornos estratosféricos de hasta siete veces. Ojalá sea cierto, esto implicaría que hay un retorno de siete pesos por cada peso invertido. Esto implicaría que el gasto de ciento ochenta y ocho mil millones de pesos (188,000,000,000 COP) que se planea hacer en la ciudad, va a generar retornos de un billón trescientos dieciséis mil millones ($1,316,000,000,000). 

Estamos hablando de por lo menos treinta veces el patrimonio de Ecopetrol. Si esto es cierto entonces porque no tenemos inversionistas y empresas peleándose por estar acá. Si esto es cierto porque tenemos una de las tasas de desempleo más altas en el país. Si esto es cierto, entonces ¿Porqué Ibagué no avanza?.

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