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Opinión: Obsolescencia de valores, moral acomodaticia

Las licencias otorgadas en el norte a “Hidrototare” y en el sur para explotar oro en Ataco, son la clara demostración de ese anormal comportamiento, del imperio de los intereses individuales, del uso de la política y el poder para la satisfacción de unos pocos.
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5 Jul 2020 - 9:31 COT por Ecos del Combeima

Es muy común escuchar en francas conversaciones frases como “la gente no tiene memoria” “la sociedad olvida rápido”, vivimos en un mundo tan frenéticamente consumista, cargado de intereses individuales, que aplican estrategias mordaces, más allá de muchos valores, donde no importa dañar al otro, su familia, sus bienes o lo que es peor, no importa dañar lo que es bien común e irreparable, aquello que causaría sensibilidad a cualquiera y me refiero específicamente al agua y el medio ambiente. 

He comentado que, en ese juego distractor de los intereses, han ideologizado las defensas de principios y valores en la democracia, dicen los mezquinos en su moral acomodaticia, que quien defiende la seguridad es de derecha o quien defiende el medio ambiente es de izquierda. Caen en unas serias contradicciones que trasgreden los valores, he visto muchos marchar para defender la tala de un árbol, a esos mismos los he visto marchar para defender el aborto. ¿Me preguntaba un estudiante de nuestra escuela de liderazgo “entonces cual es el valor de la vida, cualquiera que sea esta”?

Esa obsolescencia de valores, para algunos que tuvieron la autoridad ambiental en nuestro departamento y se mofaban en los discursos en favor del medio ambiente, trajo consigo la develación de su doble moral, de su infame traición a los agricultores y campesinos de nuestra tierra, por un lado, daban discursos mofándose de ser defensores del agua y el medio ambiente y por el otro, en su escritorio manchaban de “rojo” con ruina y pobreza nuestra gente y nuestro territorio. Las licencias otorgadas en el norte a “Hidrototare” y en el sur para explotar oro en Ataco, son la clara demostración de ese anormal comportamiento, del imperio de los intereses individuales, del uso de la política y el poder para la satisfacción de unos pocos a cuenta y riesgo del beneficio de todos. 

El país debe avanzar en darse cuenta de aquellos que, usan las artimañas de la mentira, el populismo, la anarquía, el odio de clases, las falsas noticias, las nuevas formas de lucha en redes sociales; todas expresiones que buscan secuestrar ideológicamente y utilizar las instituciones en todos sus ámbitos sociales, ambientales, académicos, gremiales y políticos, para desestabilizar la verdad, imponer el miedo, provocar el caos con un criterio lleno de odio y resentimiento, para distraer la atención de sus verdaderos intereses personales, sin duda alejados del bien común y de los intereses de los ciudadanos.

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