
Hay que reconocer que Andrés Fabián Hurtado como alcalde de Ibagué no la ha tenido fácil, todo por cuenta del escenario de cambios y transformaciones que nos trajo el covid-19.
Y es que el nuevo alcalde comenzó con el pie izquierdo al estrenarse con masacre laboral y una que otra reculada en asuntos de movilidad. Luego aparece el tema de los mercados para la población vulnerable y los posibles sobrecostos, los líos de su entrega, el riesgo de la manipulación que involucró a personal de una gran superficie con empleados contagiados. Violación a la cuarentena. Temas del que ya se ocupan las instancias competentes. El contrato de emergencias del Ibal, el mismo que en campaña estigmatizó por corrupción y donde la Procuraduría ya ordenó reiniciar licitación. Obligado, declarar desierta la licitación del coliseo mayor del parque deportivo, por posibles irregularidades, se muestra como un revés para la ciudad. Amén de las protestas en los barrios donde no llegan las suficientes ayudas alimentarias, que conforme denuncia la gente en los medios, al parecer, se ha hecho con favorecimiento para líderes en algunos sectores. Para completar se acusa a la administración municipal de paquidermia y retraso tecnológico para hacer efectivas las medidas de la reactivación parcial de algunos sectores económicos de la ciudad.
En tiempos de su campaña a la alcaldía, Hurtado para referirse a uno de sus contendores lo señaló de: “inexperto y peligroso para la ciudad”. Y como si esos pensamientos tuvieran un efecto bumerán, hoy en sus tiempos de alcalde, los ciudadanos podrían estar percibiéndolo tal cual.
Titánica misión la de Hurtado para enderezar el rumbo y mostrase ante sus gobernados como un experto para gerenciar y administrar, sin que medien influencias de cualquier otra índole. Como un líder que toma decisiones propias, libres y espontáneas. Darse a conocer como un político fuera de lo común porque que jamás aplicará el CVY –cómo voy yo- en los contratos y tampoco favorece a terceros. Darle total confianza a los ciudadanos, porque lo que dice o expresa sobre un asunto específico, está documentado, sustentado y aclarado. En tiempos de covid-19 trabajar con un equipo sin las competencias básicas, será poner en riesgo un plan de desarrollo que tiene la exigencia de amoldarse al cambio en todos los órdenes que traerá la pandemia de aquí en adelante.
Como están las cosas, pareciera ser que los que le hacen daño al alcalde, son los asesores, con peregrinas recomendaciones y ligeras conclusiones.
Puntos finales:
-Vergüenza con Juan Lozano director de Noticias R.C.N televisión, cuando se entere que en Ibagué con mentirosos trinos, se le achaca manguala con la suscrita para conspirar y desprestigiar al alcalde Hurtado.
-Mente estrecha la del comunicador que en pleno siglo XXI piense que la noticia que se produzca en un determinado lugar, se queda ahí y no circulará, cuando hoy la información es universal.
-No pertenezco a la oposición, tampoco un grupo político determinado y menos a ningún movimiento de conspiración. Como columnista, mi opinión es el resultado del libre pensamiento.