Robinson Díaz 'destroza' a las multinacionales mineras
Luego de que Cajamarca, Tolima, le diera un NO contundente, por medio de consulta popular, a la extracción de oro por parte de la empresa Anglo Gold Ashanti (AGA), las voces de rechazo a estas actividades se han intensificado. Colectivos ambientales, congresistas, grupos de ciudadanos y diferentes personajes se han sumado a la defensa de los recursos naturales. Piden que este mecanismo democrático sea el termómetro para este tipo de labores extractivas. Si bien es un camino largo por recorrer en Colombia, algunos mandatarios locales le apuestan a seguir el ejemplo de los cajamarcunos.
Es el caso del alcalde de Cumaral, Meta, Miguel Antonio Caro Blanco, quien esta semana anunció que convocará a los habitantes de su municipio a participar en una votación el próximo cuatro de junio. La idea es que los pobladores decidan frente a la explotación del petróleo en el marco de un contrato entre la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) y la empresas Mansarovar Energy Colombia LTDA, un proyecto conocido como ‘Llanos 69-LL69’.
Para la Administración Local, “afectará de manera irreparable el recurso hídrico contenido en: ríos, caños, nacederos, morichales, lagunas, fauna y flora en general y aljibes, que incluso surten del recurso natural (agua) a otros municipios distintos a Cumaral como: El Calvario, Restrepo, Villavicencio y Medina, en los departamentos del Meta y Cundinamarca”.
Robinson Díaz: “Esa idea de que el petróleo es la riqueza del país es pura paja”
A los ambientalistas y los gobiernos municipales se han unido figuras como el actor antioqueño Robinson Díaz. Luego de que un video suyo se hiciera viral en redes sociales, Kienyke.com se comunicó con él para ahondar en su posición frente a este asunto.
Según explicó, la explotación minera y petrolera en Colombia se puede concebir como un crimen a la naturaleza en el que mediante una supuesta idea de desarrollo y regalías, resultan gravemente impactados campesinos, animales y plantas.
“Cuando uno compra una tierra siempre pregunta si tiene agua, si no tiene, no vale nada. Estoy en total desacuerdo con la exploración en el piedemonte llanero, en Cumaral, porque está comprobado que cuando realizan explotación acaban con los acuíferos, con los ríos y manantiales”.
Todo se debe, continúa, a una idea errada de que el llamado ‘oro negro’ es la riqueza en el país. “Es pura paja”, puntualiza el artista al considerar que los permisos otorgados por la Agencia Nacional de Hidrocarburos y la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), terminan por destruir el territorio nacional.
Aunque según cifras oficiales el 3,8% del territorio colombiano es una área titulada para el desarrollo minero y parece una cifra diminuta, son 4,37 millones de hectáreas en total y 8.866 títulos mineros vigentes.
Para Díaz, esto es prueba de que el Estado es extractivo y no preventivo. En sus palabras a este medio, “estamos llenos de tecnócratas que solo piensan en su bolsillo, que se abren de patas a las multinacionales, y como las mineras no viven aquí, entonces no les importa. ¿Cuánta plata le queda al Gobierno? ¿Dónde está esa plata a costa de contaminar los ríos de mercurio? Cuestiona.
“Hay megaproyectos mineros y petroleros que nadie conoce”
Pero Robinson Díaz va más allá y apunta a que los gobiernos de turno en Colombia son los responsables del impacto medioambiental por cuenta de la minería y otras actividades extractivas.
“Uribe y Santos son los que han entregado la mayor cantidad de licencias para extracción de petróleo. ¿Eso es lo que le vamos a entregar a nuestros hijos? Me duele que entren a mi tierra para destruirla. Nos deberíamos preocupar por la seguridad alimentaria, pero a esta gente no le interesa, solo les importa llenar sus bolsillos y los bolsillos extranjeros”.
En conclusión, resulta ser para él cuestión de sentido común. Si hay extracción con gigantes internacionales, hay contaminación y nada de retribución para la economía nacional.
“A la gente en las ciudades solo le importa oír reggetón, pero cuando no tienen agua sí se quejan. Cuando les salga el agua contaminada o podrida ahí sí salen a protestar. El agua es una necesidad y si la gente no lo entiende es por desinformación, viven pegados a los celulares y en realidades virtuales. Hay que ver lo que pasa en Antioquia, en Chocó. Son ríos contaminados, polvo, mugre, huecos y megaproyectos que nadie conoce”.
La búsqueda de la consulta popular en Cumaral inició en 2016. Los pobladores recogieron 2.000 firmas para pedirle al Alcalde y el Concejo que emprendieran el trámite.
¿Funcionará igual que en Cajamarca?
Para Robinson Díaz, este es el camino correcto. “Es un mecanismo de la democracia, si van a hacer algo en mi tierra tengo todo el derecho de pronunciarme”.
Tomado de KienyKe (ver nota original)