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Colombia lanza el primer protocolo contra la violencia y el acoso de género en la industria minería 

Impulsado por Women in Mining Colombia, el protocolo establece lineamientos inéditos para promover entornos laborales seguros e inclusivos en la minería. 
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Su implementación resulta clave en una industria que, hasta 2018, excluía legalmente a las mujeres de labores subterráneas y peligrosas, una restricción que la Corte Constitucional declaró inconstitucional por considerarla una forma de discriminación estructural. 
Crédito
Women in Mining Colombia
12 Sep 2025 - 7:35 COT por Alfonso Aya Roa

Colombia se convierte en el segundo país de América Latina en contar con un protocolo específico para prevenir e intervenir casos de violencia y acoso sexual en la industria minera. La iniciativa, liderada por Women in Mining Colombia, WIM Colombia, en alianza con Cerro Matoso marca un hito en la región al establecer lineamientos claros que buscan garantizar espacios laborales seguros, inclusivos y libres de violencia en un sector históricamente masculinizado. 

El protocolo se sustenta en compromisos internacionales como el Convenio 190 de la OIT y en la Ley 2365 de 2024 en Colombia, que obliga a las empresas a adoptar medidas de prevención, protección y atención frente al acoso sexual laboral. Además, el documento establece una política de tolerancia cero, rutas de atención con enfoque diferencial, principios de no revictimización y canales de reporte confidenciales. 

“Este protocolo es un llamado a cambiar la narrativa de la minería en Colombia. Queremos que deje de percibirse como un entorno exclusivo de hombres y que se convierta en un sector que promueva la equidad, la seguridad y el respeto para todas las personas”, afirmó Jackeline Henao Bustos, vicepresidenta y cofundadora de WIM Colombia. 

Su implementación resulta clave en una industria que, hasta 2018, excluía legalmente a las mujeres de labores subterráneas y peligrosas, una restricción que la Corte Constitucional declaró inconstitucional por considerarla una forma de discriminación estructural. 

El siguiente paso será llevar esta herramienta a las regiones en las que se concentra gran parte de la actividad minera y persisten entornos laboralmente masculinizados. WIM Colombia busca que empresas y comunidades apropien el protocolo como una guía práctica para generar conciencia, diferenciar claramente el acoso laboral del acoso sexual laboral y promover espacios de diálogo sostenidos. 

Implementar protocolos como este no solo es una medida urgente frente a la violencia de género, también representa una decisión estratégica. Estudios como Diversity Wins: How Inclusion Matters han demostrado que las empresas con mayor presencia femenina en cargos de liderazgo y políticas activas de inclusión tienen hasta un 39 % más de probabilidad de superar en rentabilidad a sus competidoras. La creación de entornos seguros y equitativos, además de ser un compromiso ético, impulsa la productividad, mejora la retención del talento y fortalece la reputación empresarial.

“Las transformaciones profundas no ocurren solo con normativas.. Por eso queremos que este protocolo llegue a los territorios y se convierta en un instrumento vivo para generar conversación, prevención y cultura de cuidado frente a las violencias de género” concluyó Henao.