Una escena poco común se vivió este sabado en el Concejo de Ibagué. En medio de la sesión plenaria, el concejal William Rosas, del Partido Alianza Verde, tomó la palabra para enviar un mensaje de solidaridad y respaldo al diputado del Centro Democrático, Felipe Ferro, quien denunció recientemente haber recibido amenazas contra él, su familia y su equipo de trabajo.

“Se nos había pasado por alto rechazar la amenaza que le realizan a un diputado y esa intención de desestabilizar la institucionalidad”, expresó Rosas en el recinto, con un tono firme y empático.

“Desde acá, al doctor Felipe Ferro, toda nuestra solidaridad y la solicitud a los órganos de seguridad para que le brinden protección a él y a su familia, además de acompañamiento psicológico. Para él, todo nuestro respaldo, nuestro cariño y un rechazo contundente a estas amenazas que buscan desestabilizar el país”, señaló el cabildante verde.

El gesto del concejal Rosas —de tendencia progresista y cercano al petrismo— fue recibido con respeto por la plenaria, pero también con sorpresa. La ironía política no pasó desapercibida: mientras un concejal identificado con sectores alternativos salía en defensa de un dirigente uribista, los concejales del Centro Democrático guardaron silencio absoluto.

Ni Silvia Ortiz, ni Deiby Buitrago, ni Giovanny Martínez, todos miembros activos y con credencial del Centro Democrático, emitieron palabra alguna sobre las amenazas contra su copartidario. Llamó especialmente la atención el mutismo de Ortiz, quien suele ser muy activa en redes sociales con mensajes sobre efemérides, causas sociales y fechas conmemorativas, pero que en este caso no tuvo una sola palabra pública de respaldo.

El gesto de Rosas contrasta con la indiferencia de la bancada uribista local, más aún tratándose de un hecho grave que afecta a uno de sus propios líderes regionales y precandidato a la Cámara de Representantes.
La pregunta que muchos se hacen en los pasillos políticos es inevitable:
¿Les faltó enfoque político, sentido de partido o simple empatía?

El silencio de los concejales del Centro Democrático en Ibagué resulta aún más desconcertante si se tiene en cuenta que ese partido ha hecho de la “seguridad democrática” su bandera histórica. Sin embargo, cuando se trata de un caso concreto, local y cercano, la reacción fue el silencio.

Por el contrario, el mensaje de Rosas fue visto por varios observadores como un gesto de altura política, un recordatorio de que la defensa de la vida y la democracia debe estar por encima de las diferencias ideológicas.

Mientras el diputado Felipe Ferro continúa bajo evaluación de las autoridades tras sus denuncias, en el Concejo de Ibagué quedó flotando una sensación incómoda: la solidaridad, en tiempos de polarización, parece tener más color político que sentido humano.