Colombia se convierte en un país de arrendatarios

Desde 2022, el número de hogares que viven en arriendo en Colombia superó por primera vez al de hogares con vivienda propia. Actualmente, cuatro de cada diez hogares colombianos residen en arriendo, una proporción muy cercana a la de quienes habitan vivienda propia.
Un reporte de Corficolombiana señala que aunque es una tendencia regional, Colombia lidera de forma sostenida el nivel y crecimiento de hogares en arriendo, con una proporción que duplica al promedio de los países pares, y junto con Chile registra el mayor aumento en veinte años, fenómeno generalizado en todo el país, especialmente entre los hogares de menores ingresos.
Precios altos
Uno de los principales factores detrás del alto y creciente nivel de arriendo son las dificultades de acceso a vivienda propia, que dejan a muchos hogares fuera del mercado de compra y los llevan a optar por el alquiler como única alternativa habitacional.
El limitado acceso a la vivienda responde, en parte, al aumento sostenido de los precios. En los últimos veinte años, el valor de la vivienda propia creció cuatro veces más que los arriendos, triplicó la inflación y duplicó el aumento del salario mínimo. También inciden las restricciones al crédito.
País con bajo crédito
Colombia presenta una baja profundización del crédito hipotecario, equivalente al 7,6 % del PIB, una de las menores de la región e incluso inferior a la observada a finales del siglo XX.
Indica Corficolombiana que el cambio demográfico, con más adultos mayores y hogares unipersonales, reduce la capacidad de compra, profundizando las barreras de acceso.
La experiencia de Japón ofrece una referencia sobre los posibles efectos del cambio demográfico en la vivienda. En las últimas cinco décadas, la proporción de hogares unipersonales aumentó de 19,5 % a 38 %, y solo el 34,4 % de ellos posee vivienda propia.
La política de vivienda debe adaptarse a esta tendencia creciente. El reto consiste en reducir el déficit habitacional y atender tanto a quienes buscan adquirir vivienda como a quienes optan o deben arrendar.