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De vuelta al campo

Nunca mucho será suficiente, la deuda social y económica con nuestro campo colombiano es bastante y difícil de saldar.
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25 Oct 2020 - 7:18 COT por Ecos del Combeima

La concentración de la tierra es inversamente proporcional a la producción agrícola del país, en Colombia está probado que los mayores tenedores de tierra, son los menores productores agrícolas y en las zonas donde existe mayor minifundio la producción agrícola es alta. Esta pandemia regresó la mirada al campo, por la necesidad de producción alimentaria, pero además por que fueron los menos afectados por contagio, da alegría ver que, a la ruralidad colombiana regresen los ciudadanos, solo falta que el estado también asimile estas dinámicas para que los recursos lleguen a los campesinos, a los pequeños productores agrícolas, a la ruralidad para la competitividad. 

Bien dice Eclesiastés que todo tiene su tiempo bajo el sol, en mi columna pasada escribí que era el tiempo de Ibagué, hoy debo decir que es el tiempo de la ruralidad y del campo colombiano, de la reforma agrícola, que se ocupe mucho más de los intereses de los pequeños productores, para hacer la gran revolución de la producción, de la generación de recursos para los más pobres, es decir aplicar equidad en la distribución de la tierra y en la distribución de los recursos, lo que sin duda en sana lógica de esa equidad, reduce la proporcionalidad de los recursos en mayor suma a los pequeños productores.

Tenemos grandes demostraciones en el Tolima de apoyo a pequeños productores que aprovechando se formaron, crecieron, se asociaron y conquistaron mercados nacionales e internacionales, hoy ejemplo para el país. Nunca mucho será suficiente, la deuda social y económica con nuestro campo colombiano es bastante y difícil de saldar, los frentes de competitividad en materia de infraestructura vial, infraestructura tecnológica, trasferencia de conocimiento, apoyo técnico y logístico, deben contener enormes priorizaciones e inversiones que permitan a la ruralidad colombiana el desagravio, para convertirse en gran parte en la solución salvadora de nuestra economía. 

Los gobiernos, la academia, la clase política colombiana, la sociedad en general, deben ver el campo como el revulsivo de nuestra economía, como la mayor ventaja comparativa frente a muchos países del mundo, para que avancemos en las realidades concretas, dejando de tajo el discurso limosnero y retorico, con el cual tanto se ha engañado al que debe llamarse con orgullo “empresario agrícola del campo”.

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Para lograr este objetivo común, el Tolima debe abandonar la tentación de replicar esquemas ajenos que poco sirven en nuestra realidad. El desarrollo no se copia, el desarrollo se diseña y se visiona a partir de la construcción de rutas estratégica.

No está lejos, toca seguir avanzando, y en esa mejora continua, llegar al ¨Top 10¨ de los departamentos más productivos y competitivos.

Se equivocan personas del gobierno local como la gerente del IBAL al manifestar o sugerir en cada entrevista que brinda, que quienes critican las gestiones de la administración municipal lo hacen porque no quieren la ciudad o porque “no han hecho nada” por ella. Ese no puede ser el talante de una funcionaria que se debe a la gente

Estamos frente a dos legados supuestamente muy “progresistas” que terminan siendo bastante “pobresistas”. Triste por Colombia!!.

Ibagué y el Tolima entero viven por estos días una época de fiesta: música, tradiciones folclóricas y gastronomía atrapan a visitantes y locales.

Mejoras en salud, educación e innovación reflejan un camino firme hacia la competitividad. El campo sigue siendo motor de desarrollo y el reto es claro: no perder el rumbo.

¿De qué sirve inaugurar una obra millonaria si no funciona? Esa es la pregunta que muchos ibaguereños nos hacemos ante el fallido estreno del acueducto alterno, una mega obra que prometía liberarnos de los constantes cortes de agua y la dependencia exclusiva del río Combeima.

¡Lo volvió a hacer! El representante a la Cámara, Gerardo Yepes hace méritos para obtener el título de indisciplinado del año al interior del partido Conservador.

¿Cómo es posible que, a pesar de contar con presupuestos, políticas y documentos que advierten sobre la importancia de tomar medidas, aún no tengamos campañas bien estructuradas para reducir el consumo de agua?

Hemos sido engañados, por altos estamentos nacionales quienes desconocen y pretenden minimizar las grandes falencias de este “antisistema de salud” fundamentado sobre la intermediación financiera.