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Eficiencia

Siete alcaldes han pasado por el palacio municipal todos han hecho promesas ninguno las ha cumplido. El IBAL es una empresa pública, esto implica que es de todos nosotros y de ser manejada eficientemente una fuente de ingreso para nuestra ciudad. Por: Alejandra Guerrero Fajardo.
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Javier Pérez / Ecos del Combeima
29 Mayo 2020 - 8:18 COT por Ecos del Combeima

Esta semana vimos avances de nuestros escenarios deportivos. ¡Enhorabuena!  Han sido grandes los esfuerzos de las administraciones de Jaramillo y Hurtado por intentar reparar el desfalco escondido por los XX Juegos Nacionales de Rodríguez Ramírez. Los avances de todas las obras financiadas con el erario deberían ser constantemente actualizadas y publicadas. Es hora de que el gobierno municipal nos actualice y nos haga un recuento de una obra que lleva más de 24 años en construcción, el Acueducto Complementario de Ibagué.

Por falta de voluntad política y algunos grandes egos una obra que debería haber tomado cinco años, ha quintuplicado su tiempo de ejecución. El sector es en Coello-Cocora en la vía que nos conecta con Cajamarca, se construye para complementar la bocatoma del río Combeima y asegurar el recurso hídrico a más de cien mil personas especialmente en la zona de Ricaurte.

Cuando empezó a ser construido en 1996 estaba solamente pensado para solucionar la intermitencia del suministro ya que cuando el agua del Combeima tiene alta turbiedad debe cerrarse y por lo tanto dejar sin agua a miles de ibaguereños. Hoy en día es imperativo ante una ciudad en crecimiento y gran desarrollo como estamos proyectando a Ibagué. La obra en resumidas cuentas es captar el agua en la fuente hídrica y por medio de una tubería de solo doce (12) kilómetros, transportar el agua hasta una planta ubicada en la zona de Boquerón para después ser bombeada a la planta de la Pola. Más de cuarenta mil millones de pesos después ($40,000,000,000) esta sigue sin ser entregada.

Públicamente se sabe que en 2004 Alfredo Bocanegra que era el gerente del IBAL consiguió la financiación. En 2007, el siguiente gerente del IBAL Alberto Girón anuncio que la bocatoma estaba lista, solo faltaba contratar el transporte hasta la planta en Boquerón. Una licitación originalmente que debía ser por $3,900 millones, salió a licitación pública por $6,300 millones de pesos bajo la gerencia de Lizardo Gutiérrez. Se vio una luz en la alcaldía de Guillermo Jaramillo, sin embargo, por falta de estudios de la gerencia del IBAL que habrían resultado en obras de mitigación, terminamos construyendo muros de contención de miles de millones de pesos. Aumentando considerablemente el precio y generando demoras que imposibilitaron la entrega de la misma. La alcaldía actual dijo que iba a subsanar algunos errores que encontraron e iba a continuar con la ejecución. ¿Cómo va el avance de obra? ¿En qué porcentaje de avance les entregaron? ¿Está ya todo contratado? ¿Cuántos son los sobrecostos?

Siete alcaldes han pasado por el palacio municipal todos han hecho promesas ninguno las ha cumplido. El IBAL es una empresa pública, esto implica que es de todos nosotros y de ser manejada eficientemente una fuente de ingreso para nuestra ciudad. Además, es un monopolio de un bien esencial, toman el agua que les sale gratis a ellos y nos la cobran a nosotros por transportarla, lo único que deben hacer es la infraestructura. Esta es una empresa que vale miles de millones de pesos, de terminar el acueducto complementario y algunas obras internas tendría cubrimiento total en toda la ciudad. Lo único que necesitamos para que funcione es eficiencia.

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