La sombra de la desaparición de personas recorre los cafetales del Tolima

En el marco de la Feria Internacional del Café en El Líbano, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) alertó sobre el impacto que la desaparición ha tenido en comunidades cafeteras del país y, de manera particular, en el Tolima.
Según Cindy Nova, coordinadora territorial de la UBPD en el departamento, de las 3.050 personas desaparecidas registradas en el Tolima, alrededor del 6% eran caficultores plenamente identificados.
La cifra, sin embargo, podría ser mayor por un subregistro que la entidad busca reducir.
Nova explicó que la Unidad ha identificado un “mapa del café” que relaciona zonas productoras con altos índices de desaparición, no solo entre pequeños productores, sino también entre recolectores y trabajadores migrantes.

En el caso del Tolima, este patrón se evidencia en municipios como Chaparral, Planadas, Ataco y Rioblanco.
En los últimos meses, la UBPD ha acompañado casos que muestran el alcance de esta problemática. Uno de ellos ocurrió con una familia de tradición cafetera a la que se le entregaron los restos de un ser querido desaparecido, hallados en un cementerio de Palmira, Valle del Cauca. En el mismo proceso, se ubicó con vida a otro integrante de la familia que también había sido reportado como desaparecido.
“La desaparición forzada también atraviesa las historias del café”, señaló Nova.
En Colombia, cerca de 130.000 personas fueron desaparecidas en el contexto del conflicto armado antes del 1 de diciembre de 2016.
En el Tolima, el café se cultiva en 38 de los 47 municipios y más de 61.800 familias dependen de esta actividad, en su mayoría pequeños productores.