En un sentido homenaje realizado desde el Ping Pong Político de Econoticias, familiares, colegas y amigos recordaron la vida y legado de Eduardo Bejarano, analista político que dejó una huella imborrable en la radio tolimense por su claridad de pensamiento, su carácter estructurado y su amor por la verdad.

Durante el homenaje, Ana María Arroyave, esposa de Eduardo, agradeció el gesto del medio que lo acompañó durante tantos años, “darles las gracias por este homenaje que le hacen a Eduardo. Este era su espacio favorito, el espacio donde él se sentía cómodo transmitiendo lo que pensaba, y me parece que este es un espacio propicio para aclarar muchas cosas”.

Con profunda serenidad, Ana María habló sobre la enfermedad que enfrentó su esposo, aclarando algunas versiones difundidas, “Eduardo sufría de un cáncer hace varios años que tuvo varias consecuencias, afectó un poco su voz, este fue un efecto secundario. He visto noticias que dicen que Eduardo tenía cáncer de garganta y no lo tuvo. Tuvo otro tipo de cáncer que terminó como apagando poco a poco su cuerpo, pero no su mente ni su corazón”.

Entre sus palabras, su esposa resaltó la fortaleza y lucidez con la que Bejarano afrontó la enfermedad, “Eduardo fue Eduardo hasta el último momento, como lo conocieron y como bien lo describieron. Seguía siendo muy agudo, muy despierto en todos los aspectos de su vida y finalmente Eduardo se fue consciente de lo que estaba pasando, pero tranquilo, en paz”.

Ana María recordó también el lado más humano de Eduardo, el esposo, hermano y hombre de familia que, incluso en sus últimos días, se preocupó por el bienestar de los suyos, “para Eduardo su familia era lo más importante y quería que estuviéramos juntos hasta el último momento. Sobre su tierra dijo muchas cosas, entre esas que quería que sus cenizas reposaran en el sitio que lo vio nacer y crecer, porque no tenía sentido que estuviera en otro lugar”.

Arroyave también recordó que su último trabajo fue con una organización internacional que dirigía un proyecto sobre derechos laborales en los puertos del país, “ese fue su último trabajo. Finalmente tenía recursos no de USAID, sino del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, y con la llegada del presidente Trump esos recursos se recortaron. Después de eso, Eduardo se concentró en su salud, en su bienestar, su familia, estar en casa, presente, y esos fueron sus últimos momentos”.

Por su parte, el exgobernador del Tolima, Ricardo Orozco, también rindió un homenaje a quien consideró un hombre de gran inteligencia y compromiso con el servicio público, “recibimos con mucha sorpresa el fallecimiento de Eduardo. Los que lo conocimos y los que estábamos cerca de él sabíamos de su lucha y su capacidad para sacar adelante esta enfermedad que apareció de manera espontánea”.

Recordó con afecto su encuentro durante una campaña política y su posterior vínculo profesional, “de Eduardo recuerdo su capacidad de beligerancia. Lo conocí en la campaña de Luis H. Rodríguez en su momento, un hombre inteligente, con una formación espectacular. Tuve la posibilidad de que me acompañara en el gobierno departamental algunos años”.

Orozco destacó además el amor de Bejarano por la democracia, la política y su región, “era un hombre que amaba la política y el servicio público. Es de esas partidas que duelen, que lo entristecen a uno, pero que al final así es la vida y a todos nos llegará el momento. A Eduardo le llegó demasiado temprano, un hombre que tenía mucha capacidad, mucho por darle a Colombia y a este departamento”.

Eduardo Bejarano deja una huella profunda en la opinión pública tolimense, un hombre de carácter, voz firme y convicciones claras. Un analista que no temía decir lo que pensaba y que, con sus reflexiones, contribuyó a construir una ciudadanía más crítica y consciente y una Ibagué más competitiva.

Te queremos por siempre Eduardo bejarano Hernández