Identifican a la mujer que fue arrollada por camión en la variante de Ibagué
La historia de Gresmari Carolina Figuera Viloria, una joven venezolana de 26 años, terminó de forma abrupta la noche del sábado en la variante de Ibagué, cuando fue arrollada por un camión que huyó del lugar. Su nombre hoy encabeza un nuevo caso de tragedia en las carreteras del Tolima, marcado por la imprudencia y la falta de humanidad del conductor que la dejó sin vida.
Gresmari había salido desde el corregimiento de Nariño, en Tuluá, con la esperanza de regresar a su país junto a su pareja y su hija de apenas un año. El viaje, sin embargo, terminó en fatalidad. Ella y su familia se movilizaban de manera informal en un camión cargado con melaza para ganado, una práctica riesgosa y lamentablemente común entre quienes buscan rutas más económicas hacia la frontera.
Según el relato de su compañero sentimental, el grupo se disponía a descender del vehículo cuando el conductor, sin verificar que todos estuvieran a salvo, volvió a arrancar. Gresmari cayó y fue arrollada por las llantas traseras, perdiendo la vida de inmediato. El impacto fue tan fuerte que su cuerpo presentó signos de arrastre y graves heridas por fricción.
El conductor del camión, en lugar de auxiliar a la víctima, huyó de la escena. En el lugar quedaron la conmoción, el llanto y la desesperación de su familia. La pequeña hija de Gresmari, de tan solo un año, presenció junto a su padre los minutos más difíciles de su vida.
Las autoridades de tránsito y criminalística trasladaron el cuerpo a Medicina Legal de Ibagué, mientras avanzan las investigaciones para establecer el paradero del conductor y el tipo de vehículo implicado. Las cámaras de seguridad están siendo revisadas para esclarecer los hechos.
La muerte de Gresmari Carolina Figuera Viloria no solo deja un profundo dolor entre sus seres queridos, sino que también pone de relieve las precarias condiciones de viaje en las que muchas personas migrantes se ven obligadas a desplazarse por el país. Su historia es un reflejo de la vulnerabilidad, de los riesgos del transporte informal y de la urgencia de fortalecer los controles para prevenir tragedias que, como esta, pudieron evitarse.