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Energía solar que ilumina nuestro futuro… y nuestra actitud

¿Estamos dispuestos a iluminar este futuro no solo con paneles, sino con una cultura activa de servicio y conciencia por nuestra ciudad?
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Adriana Matallana
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7 Sep 2025 - 7:04 COT por Adriana Matallana

Tolima empieza a brillar con luz propia. La primera minigranja solar de 1 MW se construirá en El Líbano para abastecer de energía 100 % limpia al edificio de la Gobernación, y parcialmente al Hospital Federico Lleras Acosta y al colegio Gabriela Mistral. El proyecto está en etapa de estudios de prefactibilidad y se espera que esté operativo en el primer semestre del 2026, con conexión ya autorizada por Celsia, avalando su viabilidad técnica y energética.

Paralelamente, el ambicioso proyecto Shangri-La, liderado por Atlas Renewable Energy, avanza con una inversión respaldada por IDB Invest y Bancolombia. Se trata de una de las mayores plantas solares del país, con 201 MWp de potencia instalada, capaz de generar 403.7 GWh anuales, lo que equivale al consumo de más de 214 000 hogares. En operación, será un referente regional de energía limpia con impacto ambiental y social.

Estas dos iniciativas, una local y otra de escala, son señales claras: la transición energética ya está en marcha en nuestra región. Pero más allá de los números, merecen un segundo enfoque: el reflejo de lo que somos capaces de construir cuando conjugan visión pública, sector privado y talento local.

Más que paneles: cultura de corresponsabilidad

Estos proyectos no solo producen electricidad, sino que generan una nueva narrativa para Ibagué y el Tolima—una donde la sostenibilidad deja de ser tema técnico y se convierte en bandera de desarrollo. Pero esta luz no tendrá un impacto completo si no la acompañamos con una ACTITUD COLECTIVA de servicio.

Esa actitud es esencial. Un panel solar no ilumina si el ciudadano no cree en el futuro común. Un hospital o colegio no mejora si el diálogo cotidiano entre servidor, docente o ciudadano no incorpora empatía y calidad en cada interacción. El ecosistema para transformar estas obras en bienestar real necesita que quienes vivimos aquí también vivamos la energía renovable desde nuestra forma de ser, de tratar y de servir.

Qué podemos hacer desde nuestros roles

•    Empresarios y emprendedores: pueden vincularse a esta transición con innovación—desarrollando servicios complementarios, tecnologías, mantenimiento o incluso proyectos educativos que conecten el talento local con estas infraestructuras.
•    Instituciones y academia: tienen el desafío de formar talento idóneo en desarrollo sostenible e ingeniería, pero también en cultura de servicio, para que la energía solar tenga eco en todos los ámbitos
•    Ciudadanía: actúe consciente. Evitemos el comentario dócil o la indiferencia ante el cambio. En su lugar, impulsemos orgullo por lo que estamos construyendo: una ciudad que mira al sol, que elige avanzar con luz. Esa es la verdadera señal de progreso.
La energía solar está llegando con fuerza, proyectos que durarán décadas. Pero la verdadera pregunta para hoy, como ciudadanos, servidores públicos, empresarios y vecinos es:

¿Estamos dispuestos a iluminar este futuro no solo con paneles, sino con una cultura activa de servicio y conciencia por nuestra ciudad?
 

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