Durante más de cinco días, un águila permaneció atrapada en lo alto de la iglesia católica del barrio Protecho Topacio, generando preocupación y molestia entre los vecinos por los constantes chillidos del ave. A pesar de los múltiples intentos de rescate, liberarla resultó complejo por la altura y la estructura del lugar.

La comunidad alertó a las autoridades ambientales, y aunque funcionarios de Cortolima se desplazaron hasta el templo, no lograron extraer al animal, que seguía atrapada sin salida dentro de la edificación. Los días pasaban, y la situación se hacía cada vez más tensa por el sufrimiento evidente del ave y el ruido constante que perturbaba a los residentes.

Finalmente, tras varias discusiones con representantes de la iglesia, los vecinos lograron el permiso para intervenir una malla ubicada en la parte alta de la estructura, lo que permitió generar un punto de escape. Fue así como, tras cortar una sección, el ave encontró la salida y logró recuperar su libertad.

“Era muy triste escucharla llorar todos los días sin poder hacer nada. Menos mal se logró”, comentó una de los habitantes del sector, quien participó en la jornada. La comunidad celebró el resultado como una victoria conjunta frente a una situación que consideraban injusta para el animal.