Gobierno colombiano y mexicano investigan la extraña muerte de un ibaguereño en el país Azteca

Algunos diarios mexicanos informaron la muerte del ibaguereño Carlos Eduardo Rojas Montealegre, de 24 años de edad, quien falleció tras recibir un impacto con arma de fuego en uno de sus gluteos, otro en la pierna y otro en la espalda, heridas que le quitaron la vida.
El hecho se registró el pasado 12 de mayo en horas de la madrugada en el bar de razón social Beyork, donde se reportó una balacera y allí los policías habrían accionado sus armas de dotación contra algunos civiles presentes.
Se conoció que otro ibaguereño que acompañaba a Carlos Eduardo, en este momento se encuentra desaparecido y dos uniformados están siendo investigados por haber disparado en el establecimiento nocturno, donde murió el tolimense.
De Carlos Eduardo se pudo establecer que había viajado al país centroamericano desde hace algún tiempo para estudiar Administración de Empresas y con esto ayudar a su padre a gerenciar su negocio. Rojas Montealegre ya se había inscrito en la universidad y mientras iniciaba la carrera laboraba en una fábrica de vidrios.
A esta hora el gobierno colombiano y el mexicano se encuentran realizando las labores de investigación para esclarecer los móviles y determinar las verdaderas causas de la muerte del ibaguereño.
Información suministrada a Econoticias por uno de sus familiares indican que en la capital musical se ha abierto una cuenta para recolectar un dinero y así poder repatriar el cuerpo de Carlos Eduardo. Sin embargo, se conoció que la embajada de Colombia en México estaría al frente del regreso del hoy occiso a su país de origen.
Conocidos y amigos recuerdan a Rojas como un "muchacho alegre, buena gente, que se hacía querer muy facilmente", por eso no creen la versión de los diarios mexicanos, porque según ellos, "Carlos no era ningún delincuente como lo dieron a conocer sin informar lo que realmente sucedió".
Por ahora se esperan los resultados de la investigación y se espera conocer la suerte del otro ibaguereño que se encuentra desaparecido.