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Testigo en juicio contra el padre Fredy Martínez afirma que todo es un “complot” contra el sacerdote; denunciante le responde y reafirma acusaciones

En una extensa audiencia judicial en Ibagué, un comerciante cercano al sacerdote, aseguró que las denuncias por abuso sexual obedecerían a una supuesta "venganza". Sin embargo, una de las principales denunciantes contestó cada una de sus afirmaciones y entregó detalles clave del proceso y del contexto religioso en el que ocurrieron los hechos.
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Caso Padre Fredy
Crédito
Archivo
26 Nov 2025 - 15:57 COT por Jhon M Moreno

En el juicio oral que se adelanta contra el sacerdote José Fredy Martínez, investigado por el delito de abuso sexual, compareció ante la Judicatura Wilson Gutiérrez Ferro, comerciante, empresario y exesposo de una de las denunciantes: Cielo Hernández. Durante su intervención, el testigo señaló que las acusaciones formuladas contra el sacerdote serían el resultado de un supuesto complot motivado por conflictos familiares y personales. No obstante, Cielo Hernández, respondió a cada uno de los señalamientos y expuso su versión de los hechos.

 

La audiencia y el origen del presunto “complot”

 

Durante el interrogatorio realizado por la Procuraduría, la Fiscalía —en cabeza del fiscal Laureano Lozano—, la representante de víctimas y la defensa del sacerdote, el testigo afirmó que la denuncia contra Martínez surgió como una retaliación personal. Según él, existió un plan articulado por parte de su ex esposa Cielo Hernández, para perjudicar al sacerdote.

Sin embargo, la denunciante aclaró que el caso no se limita a su testimonio y que existen múltiples víctimas dentro del proceso: “No soy la única víctima. Somos ocho víctimas denunciantes en dos procesos distintos. Esto lleva cuatro años desde la captura del padre y más de dos años en juicio. Que digan que es complot es parte de la defensa; todos los testigos van a repetir ese discurso”.

La denunciante aseguró que las víctimas ya presentaron su etapa probatoria y que ahora esperan la ofensiva de la defensa, compuesta por más de treinta testigos.

 

La relación entre la denunciante y el testigo: versiones encontradas

 

Wilson Gutiérrez Ferro sostuvo en audiencia, que mantuvo una relación con Hernández entre 2007 y 2009, y que durante esos años ella nunca le mencionó haber sido víctima de abuso sexual. Agregó que la ruptura se debió a presuntas infidelidades y al consumo de alcohol y drogas por parte de la mujer. También indicó que, debido a dicho entorno, la custodia de la hija en común le fue otorgada a él cuando la menor tenía dos años de edad.

Frente a ello, Hernández entregó un relato distinto del tiempo, la dinámica y las circunstancias de esa relación: “Mi relación con Wilson no empezó en 2007 sino en 2004, cuando yo tenía 14 años y él 26. Era una niña. Nos casamos en 2007, yo con 18 años y él once años mayor. En esa secta religiosa era común que hombres adultos se casaran con niñas. Él aceptó tener una relación con una menor de edad”.

Hernández también respondió sobre los supuestos problemas de consumo, señalando que tales afirmaciones hacen parte de la estrategia de desprestigio que, según dice, enfrentan en este proceso.

La denunciante también se refirió a la versión sobre presuntas infidelidades: “Es la primera vez que en cuatro años él habla de infidelidades. Yo siempre deseé ser mamá joven y mi embarazo fue planeado. Nuestra relación era estable, pese a mi edad”.

Y respecto a la custodia de la hija, afirmó que ese tema ha sido objeto de múltiples disputas judiciales y que no corresponde al debate central del juicio actual: “Tenemos denuncias cruzadas por violencia intrafamiliar, maltrato e inasistencia alimentaria. No voy a ventilar ante la opinión pública quién tuvo la custodia o por qué. Este juicio es por abuso sexual”.

 

El rol del sacerdote en la vida matrimonial y familiar

 

Según Gutiérrez Ferro, el padre Fredy Martínez le brindó orientación espiritual durante la crisis matrimonial y le sugirió resolver sus problemas legales de manera formal. Aseguró que dicha guía habría sido interpretada por su ex esposa como una intromisión del sacerdote en su relación y en el proceso de nulidad matrimonial.

La denunciante desmintió esta postura y afirmó que, desde su perspectiva, el sacerdote tenía otro tipo de influencia: “Yo sí le conté a Wilson lo que Freddy Martínez había cometido conmigo y con otras mujeres. Él lo sabía. Lo que pasa es que Wilson lleva 24 años al lado del sacerdote. Está adoctrinado. Lo dijo en la audiencia: rinde obediencia exclusiva a Freddy Martínez”.

 

La supuesta llamada de amenaza: denunciante niega los hechos

 

En su declaración, Gutiérrez Ferro aseguró haber presenciado una llamada en la que Hernández habría insultado al sacerdote y anunciado que “se vengaría”. La denunciante negó rotundamente este episodio: “Eso es mentira. Esa llamada nunca existió”.

 

Las prácticas religiosas: lo público y lo privado

 

Uno de los puntos más sensibles se relaciona con el llamado “descanso en el espíritu” y la imposición de manos, prácticas que el testigo defendió como costumbres litúrgicas públicas y masivas.

Hernández, en contraste, sostuvo que dentro del grupo interno existían dinámicas muy distintas y muy cuestionables: “Una cosa era lo que pasaba con los feligreses, y otra lo que ocurría con nosotras, las servidoras internas. Él hacía estas prácticas en privado, a solas, en su habitación, en la sacristía o en su despacho. Bajo ese mecanismo se daban tocamientos y otros abusos”.

 

Expectativas, agenda del juicio y postura de las víctimas

 

El testigo indicó que cientos de personas esperan que el sacerdote retome sus funciones pastorales. Frente a ello, Hernández respondió con la actualización de la agenda judicial y el llamado de las víctimas a que el proceso avance con mayor rapidez: “Las audiencias quedaron para junio y julio del próximo año. Las víctimas seguimos esperando celeridad… Esto no es por plata, es por dignidad. Yo protegí a mi hija, que fue expuesta por su papá ante mi victimario incluso después de que yo denuncié.

 No tenemos miedo. Cuando se tiene la verdad, el miedo no existe”, puntualizó la denunciante.

 

Una audiencia marcada por intervenciones extensas y tensiones procesales

 

Durante la diligencia, el juez tuvo que intervenir en varias ocasiones para frenar preguntas y respuestas que se extendían hacia temas de la vida personal de la denunciante, asunto que —según ella— hace parte de una estrategia para afectar la credibilidad de las víctimas.

 “El juez llamó la atención varias veces. Dijo que no se debía profundizar en nuestra vida personal. Esa es la única herramienta que tienen: destruir nuestro nombre porque no hay defensa sólida. Freddy Martínez sabe que es culpable”, señaló Hernández, quien además insistió en que este fue apenas el primer testigo de más de treinta que desfilarán por parte de la defensa y que en contraste las víctimas están preparadas para enfrentar ese escenario.

 

El proceso continúa en Ibagué

 

La declaración de Gutiérrez Ferro y las respuestas entregadas por Cielo Hernández quedaron registradas en el desarrollo del juicio, que continuará en 2026 con la exposición de decenas de testimonios adicionales.

El caso mantiene alta sensibilidad pública, no sólo por la popularidad que tiene el sacerdote Fredy Martínez en la ciudad, sino además porque involucra denuncias de abuso sexual en el marco de un grupo religioso activo en Ibagué y el Tolima, y porque las versiones presentadas son profundamente contradictorias. El juez deberá valorar cada elemento para avanzar hacia un eventual fallo.