En Chaparral, sur del Tolima, los bomberos se han visto obligados a combatir incendios forestales en zonas de tan difícil acceso que ni siquiera las máquinas pueden ingresar. Ante esta situación, los uniformados cargan el agua al hombro con bombas de espalda, tanques portátiles y motobombas, para impedir que las llamas avancen.

El sector más afectado es conocido como Llano del Loco, donde ya se han perdido más de 30 hectáreas de vegetación y fauna. Según explicó el subcomandante del Cuerpo de Bomberos, Edgar Figueroa, la estación cuenta con once unidades, de las cuales al menos cinco deben salir a terreno para atender estas emergencias, mientras el resto permanece en la base para cubrir otras eventualidades.

De acuerdo con las autoridades, la mayoría de conflagraciones tienen un origen humano: colillas de cigarrillo mal apagadas, quemas no autorizadas o descuidos de personas que transitan por la zona. Aun así, la comunidad ha decidido apoyar las labores de contención, uniendo esfuerzos con los bomberos para evitar que el fuego se extienda.

Finalmente, se reiteró el llamado a la ciudadanía para que no realice quemas, apague de manera adecuada los cigarrillos y evite arrojar botellas o vidrios, elementos que con las altas temperaturas pueden convertirse en detonantes de nuevas emergencias.