Sharit Alexandra Ciro Parra, estudiante de Artes Plásticas de la Universidad del Tolima, fue asesinada el pasado 8 de marzo en hechos que estremecieron a la ciudad de Ibagué.

En lugar de alegría, este 18 de diciembre se convierte en un acto de memoria, dolor y una firme exigencia de justicia ante un caso que continúa en la impunidad.

Hace nueve meses apagaron de manera violenta la vida de Sharit, y su familia conmemora una fecha que debió estar llena de felicidad, pues hoy la joven artista habría cumplido 20 años.

A través de un emotivo mensaje difundido en redes sociales, sus seres queridos expresaron que, aunque su ausencia física es irreparable, su recuerdo permanece vivo en cada uno de ellos.

El amor, el talento y los sueños que dejó sembrados se han transformado en una lucha constante para que su nombre no sea olvidado y su caso no quede archivado sin respuestas.

El dolor de su familia se ve profundizado por la falta de resultados judiciales. “Duele la injusticia, duele saber que quienes apagaron tu vida hoy caminan libres”, manifestaron en el aniversario de su nacimiento.

Aseguraron que no dejarán de alzar la voz hasta que se haga justicia y que, simbólicamente, la joven sigue pidiendo verdad desde el cielo.

Aunque las autoridades de Ibagué han indicado que las investigaciones continúan, para la familia Ciro Parra los avances han sido insuficientes y la sensación de impunidad se incrementa con el paso del tiempo.

El caso ha sido catalogado como un feminicidio que se suma a las alarmantes cifras de violencia de género en el Tolima.

La comunidad universitaria de la Universidad del Tolima también se ha unido al clamor por justicia, exigiendo garantías reales de protección para las mujeres.

El mensaje su familia cuminó con un mensaje cargado de amor y nostalgia: “Feliz cumpleaños hasta el cielo, mi niña querida. Siempre en nuestra familia y en nuestros corazones”.

El legado artístico, la sensibilidad y el carisma de Sharit siguen siendo el motor que impulsa a sus seres queridos a no desfallecer.

Su nombre permanece vivo como un símbolo de resistencia frente a la crueldad del feminicidio, mientras Ibagué continúa en deuda con una familia que solo pide verdad, justicia y que su historia no sea olvidada.