¿'Mi casa Ya' no está?
En diálogo con el Ping Pong Político de Econoticias, la concejal de Bogotá Sandra Forero, expresidente de Camacol Colombia y del Consejo Gremial Nacional, lanzó duros cuestionamientos al Gobierno de Gustavo Petro por haber acabado con el programa ‘Mi Casa Ya’, una de las políticas de vivienda más importantes de la última década en el país.
“Lo de ‘Mi Casa Ya’, tengo que decirlo con tristeza porque si era una capacidad de destruir un programa que era de los colombianos, claramente llegó a su fin”, dijo Forero, añadiendo que, “se ha visto de alguna manera suplantado por otros programas que no tienen el mismo objetivo, que no cumplen las expectativas de los colombianos y que definitivamente tuvo un final triste en la medida en que este gobierno no pudo demostrar por qué acabaron Mi Casa Ya”.
La reconocida líder gremial calificó la decisión de la Presidencia de la República como un acto con motivaciones ideológicas que terminó golpeando a las familias más necesitadas, “temas de ideología tratando de atacar al empresariado, en una guerra permanente con el sector financiero, lo que le hicieron fue un daño enorme a las familias colombianas”.
Según Forero, el impacto del fin de ‘Mi Casa Ya’ se reflejará directamente en el acceso a vivienda de los hogares de menores ingresos, “acabaron ‘Mi Casa Ya’. Para el año entrante hay un poco más de 700 subsidios preaprobados, pero eso, para un país con nuestro déficit, es una burla para los colombianos”.
La concejal aseguró que el Gobierno está presentando cifras “infladas” al sumar los subsidios que entregan las cajas de compensación familiar a los resultados de ‘Mi Casa Ya’, “el Gobierno Nacional, entiendo, argumenta que los subsidios que entregan las cajas de compensación e Colombia astutamente los suma a su supuesta meta de cumplimiento de ‘Mi Casa Ya’ y dicen que cumplieron”.
Forero recordó que el programa ‘Mi Casa Ya’ fue construido “con mucho ensayo y error” y que se consolidó como una herramienta eficaz para dinamizar la economía, “el subsidio se vuelve una casa. No hay un solo subsidio de ‘Mi Casa Ya’ siniestrado por la transparencia en su otorgamiento. Cada casa que se construye con ese subsidio genera 4.2 empleos, y cada peso invertido en edificaciones se multiplica por 11 pesos en la economía”.
A su juicio, la desaparición del programa no solo frenó el acceso a vivienda formal, sino también el empleo y el crecimiento económico, “destruyen ‘Mi Casa Ya’, y son hogares que dejan de tener la posibilidad de tener su casa. Claramente con este gobierno lo que lograron fue que se cayeran las ventas, se cayó la producción, y 577 mil colombianos dejaron la posibilidad de tener su casa propia, más de 200 mil hogares”.
La concejal también puso en duda las cifras de empleo divulgadas por el DANE y el Gobierno Nacional, señalando que la reducción del desempleo no refleja una verdadera mejora del mercado laboral.
“El sector vivienda sí es un gran generador de empleo, pero lo que más está creciendo es el empleo de una persona, eso se llama informalidad, rebusque. Hay más gente en su actividad económica, pero ¿en qué condiciones?”, criticó, añadiendo que, “dicen que está disminuyendo el desempleo, sí se está generando más empleo, pero ¿cuál es el empleo que se está generando? Ese que es el resultado de cada persona ubicándose en lo que puede para garantizar su sustento, ese no es empleo de calidad”.
Finalmente, la expresidente de Camacol Colombia y El Consejo Gremial Nacional, se preguntó,
“¿cuál es la plata que está circulando en Colombia? Desafortunadamente hay unas economías ilegales que en este gobierno han crecido. Y el tema de las remesas sigue aumentando porque se fueron más colombianos que no encuentran oportunidades en el país”.
Según la concejal, esos flujos de dinero distorsionan la lectura económica del país,
“ahí hay una sumatoria de recursos, unas economías ilegales y unos recursos de remesas que alimentan la economía y por eso permiten tener estas cifras. Pero no se ha hecho el análisis de lo que pasa con el déficit fiscal, que sigue aumentando” y concluyó cuestionando “si las cifras están tan bien, entonces ¿por qué necesitamos otra reforma tributaria? Hay muchas preguntas por hacer, y esas cifras no nos las podemos tragar enteras”.