Samuel Marín, el niño ibaguereño que sueña con convertirse en la nueva promesa del ciclismo tolimense

En las vías montañosas del Tolima, donde el esfuerzo se mide en pedalazos y la constancia se forja bajo el sol, un pequeño ciclista ibaguereño empieza a hacerse notar.
Se trata de Samuel Marín Ruiz, un niño de 10 años que, con disciplina y pasión, pedalea junto a adultos en largas rutas de montaña. Su sueño es convertirse en una de las nuevas promesas del ciclismo tolimense.
Samuel forma parte del grupo La Tribu MTB, una comunidad de ciclistas de Ibagué que realiza recorridos exigentes por distintos puntos del departamento.
Desde los 2 años, este joven deportista demostró una conexión especial con la bicicleta, influenciado por su padre, Richard Anderson Marín Prada, quien lo ha acompañado en todo el proceso.
“Todo empezó con su primera bicicleta. Le encantó el deporte y desde entonces practicamos juntos. Ya llevamos siete años en el MTB”, relata Richard.

El pequeño entrena tres veces por semana junto a su papá y el grupo, que suele salir en horas de la noche para ajustarse a sus horarios de estudio.
“Ya Samuel está haciendo rutas largas como Piedras, Juntas, Parapente y La Tiendita. Este año logró su primera travesía hasta Ambalema”, agrega su padre, visiblemente orgulloso.

Pero los retos de Samuel apenas comienzan. Su próxima meta es participar en las travesías hacia la represa de Prado, el Alto de La Línea y el Alto de Letras, rutas que representan verdaderos desafíos incluso para ciclistas experimentados.
“Quiero ser profesional, tener mejores bicicletas y mantenerme en el deporte”, asegura el niño, convencido de lograr su meta.
El grupo La Tribu MTB fue creado hace cinco años, y se ha convertido en un espacio abierto para ciclistas de todas las edades.
“Invitamos a los niños y a sus padres que quieran salir a rodar con nosotros. No tiene ningún costo, solo ganas de pedalear y disfrutar del camino”, afirma Richard, quien también es integrante activo del colectivo.
Más allá de las distancias recorridas, Samuel representa el espíritu del deporte: esfuerzo, disciplina y sueños que no conocen edad.
En cada subida, este pequeño ciclista ibaguereño demuestra que la grandeza no se mide por el tamaño, sino por la fuerza con la que se sigue pedaleando hacia los sueños.
