¿Se debe legalizar la marihuana?

El tema en sí mismo despierta sensibilidad y por ende controversia, sin embargo, considero que el debate que debe surtirse en el congreso no puede seguir teniendo los mismos argumentos de siempre, por ejemplo: “Que la marihuana recreativa escala a otras drogas, afecta neuronas, que el consumidor llega a estados de alienación, o que se busca proteger a la juventud y la familia”; si esa es la razón o las razones, ¿qué pasa con el alcohol, si está demostrado que es más perjudicial para la salud, también genera adicción y es legal?, ¿ si se piensa en la familia, por qué no fortalecerla con educación para que los jóvenes tengan, criterio, principios, valores y no tomen malas decisiones?
La misma ponderación debería hacerse con el cigarrillo, todas las sustancias psicoactivas, el sexo, el juego o cualquier otra situación que en exceso genere dependencia. Entonces, el quid del asunto radica en evaluar y a su vez reconocer que quienes tienen esa clase de adicciones son enfermos y como se trata de una enfermedad, debe ser manejado como una cuestión de salud pública.
Ahora bien, las leyes nacen para solucionar problemas conforme al principio de necesidad; la marihuana, en medio de todos nuestros males, no es el mayor ni el más grave, pues el narcotráfico, que, si ha sido nuestro cáncer, obtiene sus mayores ingresos por la producción y tráfico de cocaína y frente a eso no ha surgido una iniciativa que realmente lo corte de raíz. Adicionalmente, hay que recordar que en Colombia es permitida la dosis mínima, siendo así, ¿qué sentido tiene prohibir la marihuana de uso recreativo?
Que se mantenga ilegal fortalece a los cárteles de la droga, a todos los eslabones que la componen y a nuestro país le tocó la peor parte de la historia, ya que, por desgracia, el mundo está perdiendo la batalla contra el narcotráfico y nosotros somos los que estamos poniendo la peor parte, los muertos.
Álvaro Gómez decía hace 27 años, que ya era hora de buscar alternativas que acabaran con el flagelo del narcotráfico, por cuanto nos había quedado grande combatirlo. 27 años después seguimos en la misma discusión, con los mismos problemas y sin tener como resolverlos, parece que es algo que nos supera. Así que el debate está abierto, por cuanto no es algo que se pueda plasmar en una sola columna y en unas pocas palabras; pero ya es hora que en el país, se plantee la forma de cómo vamos a librarnos de eso que nos tiene estancados, atorados y no nos deja evolucionar.