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  |   16.Septiembre.2022   |   Por:  
José Adrián Monroy

Una ministra fuera de lugar

Crédito: 
Ecos del Combeima
Velotax
No es competente para dar los lineamientos que requiere el sector minero-energético.

El Ministerio de Minas y Energía es una de las carteras más importantes del Gobierno Nacional, su misión es clara: Formular y adoptar oportunamente políticas, planes, programas, proyectos, regulaciones y reglamentaciones para el sector minero y energético. 

Precisamente es tan importante, que hoy existen dos temas álgidos que tienen que ver directamente con este Ministerio: los altos costos de la energía y los precios de la gasolina. No obstante, estos aspectos han generado más dudas que certezas por cuenta de la misma ministra, que ante su desconocimiento sobre esta clase de problemas, hace tornar aún más oscuro el panorama. 

De hecho, aunque las causas de las altas tarifas por el suministro de energía y lo que se viene para la gasolina vienen de tiempo atrás, sí es responsabilidad de este gobierno, y por ende, debe hacer parte de las prioridades de la Ministra buscarle una solución que aliviane la carga de millones de colombianos, toda vez que esto incrementaría el costo de vida, lo que para muchos resultaría insostenible. 

Bajo estas circunstancias, la ministra parece no tener la idoneidad necesaria para ocupar ese cargo y es algo lógico, pues es filósofa, y por más investigaciones que haya realizado sobre temas relacionados con la contaminación por mercurio en contextos mineros, los impactos del uso de agrotóxicos, el despojo del agua y de la tierra, la soberanía alimentaria en contextos sociales y étnicos; para liderar un ministerio de semejante envergadura se debe tener una estructura técnica, que le permita tener los conocimientos necesarios para entender el contexto de lo que allí se maneja. 

Sin duda, las recurrentes salidas en falso durante sus participaciones en eventos públicos y declaraciones a medios de comunicación, están dejando en evidencia que no es competente para dar los lineamientos que requiere el sector minero-energético. Ahora, este no puede ser el pretexto para que muchos traspasen la línea hacia la descalificación personal, como viene sucediendo en redes sociales, pero si demuestra que la ministra está fuera de lugar. 

Finalmente, pese a que el Gobierno Nacional y sus aliados quieran defender lo indefendible, aceptar un cargo y designar a una persona que no tiene las condiciones para ejercer sus funciones, también es un acto de corrupción y allí falla el presidente Petro. Como dijo el expresidente de Costa Rica, Carlos Alvarado Quesada: “El primer acto de corrupción es aceptar un cargo público para el que no se está preparado”.