Pasar al contenido principal
Econoticias y Eventos
Opinión
COMPARTIR
Se ha copiado el vínculo

Modelaje Webcam: Un negocio que incomoda

Al parecer en tiempos de pandemia proliferan en la ciudad esta modalidad de establecimientos. La discusión sobre su legalidad o ilegalidad se mantiene.
Imagen
Crédito
Javier Pérez / Ecos del Combeima
10 Ago 2020 - 7:15 COT por Ecos del Combeima

Para los expertos en el tema: Un buen “estudio”, ubicarse en barrio residencial con amplias habitaciones, computadores de avanzada tecnología, fibra óptica para mejor transmisión de los videos, sectores seguros dentro de la ciudad y lo más importante, contar con mujeres lindas y jóvenes para garantizar la rentabilidad del modelaje webcam, en las que se comparten utilidades con el que renta el estudio, conforme tiempo y manejo de los shows, en los que se negocia y los “clientes ”en su gran mayoría extranjeros,  pagan por la intimidad de la “modelos”. 

Al parecer en tiempos de pandemia proliferan en la ciudad esta modalidad de establecimientos. La discusión sobre su legalidad o ilegalidad se mantiene. Lo cierto es que no se sabe cómo logran tramitar el registro en la cámara de comercio, obtener los permisos ante las autoridades competentes dada la naturaleza del negocio, como por ejemplo el uso del suelo. ¿Bajo qué actividad los clasifica la DIAN? Entre muchos interrogantes.

En una ciudad donde el desempleo juvenil supera el 40%, la tentación para incursionar en esta clase de actividad es de alto riesgo, alertando que en muchas ocasiones la fachada de estos establecimientos ocultan: trata de personas, distribución y consumo de sustancias psicoactivas, lavado de dinero, pornografía infantil, maltrato verbal y psicológico y abuso jornadas de actividades, entre otras.

Las personas que optan por prestar esta clase de “servicios”, al parecer, la encuentran como la única salida para sostener un hogar o adelantar estudios, al encontrarse en una ciudad donde las oportunidades de empleo son escasas. Los críticos la ven como la forma fácil de conseguir dinero. Lo cierto es que esta actividad avergüenza y estigmatiza a quien la desempeña y por eso se mantiene en el anonimato, nadie puede saber que ese es su oficio, ese que al parecer es muy rentable y por eso algunos empresarios lo quieren convertir en una profesión. Lo cierto del caso es que a las “modelos” que mejor les va, por su carisma, belleza y personalidad, prefieren independizarse y montar su propio “estudio” en casa, desde donde atienden a sus clientes y ganan sin tener que compartir ganancias.

Hace algunos días, en Piedra Pintada Alta, se vivió una desagradable experiencia con un negocio de esta naturaleza. Trabajo que le costó a la comunidad, encabezada por el Presidente de la Junta, lograr que cesará sus actividades en este sector. Por mucho que las jornadas de las modelos al interior del inmueble arrendado quieran pasar inadvertidas, el movimiento externo logra alertar a los vecinos, como por ejemplo, el ingreso y la salida de bonitas y despampanantes mujeres, con la duda en muchos casos de su mayoría de edad. También se dieron testimonio respecto a la presencia de niños. En estos momentos, nuevamente la comunidad está a la espera del cierre de otro establecimiento que funciona desde hace algunos días en el barrio. 

No están en discusión los derechos sexuales de las personas, no es pacatería o doble moral, pero el funcionamiento de esta clase de negocios deben tener sus lugares específicos, donde libremente pueden desarrollar la actividad sin perturbar el orden y la tranquilidad de un barrio residencial y familiar. En Colombia se cree que por lo menos 60 mil personas se dedican a esta actividad virtual, donde el 90% son mujeres, que se cotizan muy bien en el contexto internacional. En todo caso, los ingresos mensuales para estas trabajadoras informales superan el salario mínimo.

Reto grande tienen las autoridades para escuchar y atender los requerimientos de la comunidad cuando alertan sobre el funcionamiento de estos establecimientos. Alerta especial para las secretarias de Planeación y salud. 

Punto final.- Totalmente de acuerdo con el toque de queda sectorizado.

También te puede interesar estas columnas

Colombia atraviesa un momento en el que la conversación pública se ha quedado atrapada en la pelea entre izquierda y derecha, mientras la agenda económica que es la que realmente define el empleo, la inversión y la productividad se ha quedado estacada y sin un rumbo claro.

Durante 28 años, Carlos Emilio Díaz ha sido el alma del Teatro Tolima. Músico, gestor y visionario, transformó el histórico escenario en un referente nacional, llevando desde grandes artistas internacionales hasta funciones familiares que acercan la cultura a todos.

¿Estamos listos, productores, empresarios, academia y ciudadanía, para que el café tolimense sea a la vez nuestro emblema y nuestra ruta hacia un futuro sostenible?

¿Estamos listos para enfrentar la realidad económica o seguiremos jugando a los discursos populistas para distraernos de lo importante?

Este proyecto permitirá potenciar todas nuestras capacidades y atraer eventos de gran relevancia, superando así una limitación histórica generada por la ausencia de escenarios de gran magnitud.

Un hecho que pasó casi desapercibido, en medio de la tormenta política semanal, fueron los debates sobre los indicadores que usa el Ministerio de Educación Nacional para evaluar su programa del gobierno.

Ahora no hay excusas: este 9 y 10 de agosto, alistemos la maleta y dispongámonos con entusiasmo a viajar al norte del Tolima para asistir a la mejor feria de cafés especiales del país.

¡Lo volvió a hacer! El representante a la Cámara, Gerardo Yepes hace méritos para obtener el título de indisciplinado del año al interior del partido Conservador.

¿Cómo es posible que, a pesar de contar con presupuestos, políticas y documentos que advierten sobre la importancia de tomar medidas, aún no tengamos campañas bien estructuradas para reducir el consumo de agua?

Hemos sido engañados, por altos estamentos nacionales quienes desconocen y pretenden minimizar las grandes falencias de este “antisistema de salud” fundamentado sobre la intermediación financiera.