Desde la Cámara de Representantes se lanzó la campaña, “Manejar con tragos, por ley, causa estragos”, una estrategia multiplataforma que busca sensibilizar a la ciudadanía sobre los riesgos de conducir bajo los efectos del alcohol, especialmente en un mes como diciembre, donde aumentan las celebraciones y también la accidentalidad vial.

Con esta iniciativa, la Cámara destaca el carácter social de su tarea legislativa y reafirma que el Congreso, no solo produce leyes, sino que actúa para proteger la vida, promover prevención y transformar comportamientos de alto impacto. La campaña está inspirada en el Proyecto de Ley, Arles Arbeláez, una propuesta que busca responder a una problemática creciente en el país: las muertes y lesiones causadas por conductores en estado de embriaguez.

La estrategia integra piezas audiovisuales, contenido digital y mensajes pedagógicos para invitar a los ciudadanos a reflexionar antes de tomar el volante. La campaña enfatiza que, decidir manejar bajo los efectos del alcohol no es un accidente: es una elección con consecuencias reales.

Más rigor penal para proteger vidas
El Proyecto de Ley, Arles Arbeláez, surge del caso de un joven que perdió la vida tras ser atropellado por una conductora en estado de embriaguez, y cuyo proceso judicial evidenció vacíos en la manera como el Código Penal trata estos hechos. La iniciativa propone modificar la legislación vigente para que quienes causen lesiones personales u homicidio mientras conducen bajo efectos del alcohol o sustancias psicoactivas sean juzgados bajo el criterio de dolo eventual, y no como simple conducta culposa.

Esto implica que el responsable podría enfrentar penas significativamente más altas, ya que la ley asumiría que la persona, al decidir manejar ebria, es consciente del riesgo que representaba para la vida de los demás. El proyecto busca que estos hechos no se interpreten como accidentes inevitables, sino como actos deliberados que deben tener consecuencias proporcionales.

Además, la propuesta incrementa las sanciones y endurece las consecuencias jurídicas para quienes reinciden o presenten altos niveles de alcohol en la sangre, reforzando así una política penal más estricta frente a este tipo de conductas.

Con esta iniciativa, el Congreso de la República, continúa avanzando en su misión de legislar para el bienestar colectivo, para acompañar a los colombianos con herramientas de prevención que salvan vidas.