En la tarde de este martes, tras varios aplazamientos, las comisiones económicas del Congreso hundieron la reforma tributaria del Gobierno Petro, presentada como proyecto de ley de financiamiento por el ministro de Hacienda, Germán Ávila. La votación en la Comisión Cuarta del Senado terminó con 9 votos por el No y 4 por el Sí, archivando la iniciativa que buscaba cubrir el déficit fiscal.

Con esta decisión, el Presupuesto General de la Nación para 2026, fijado en $530,6 billones, queda desfinanciado en $16,3 billones, lo que obligará al Gobierno a expedir decretos de ajuste y recortes en las primeras semanas del próximo año.

El ministro Ávila defendió la ponencia positiva, que redujo la meta de recaudo de $26,3 billones a $16,3 billones, eliminando medidas que no generaban ingresos inmediatos como el IVA a la gasolina y ACPM, la deducción de 72 UVT por dependientes, el descuento tributario por dividendos y el impuesto a las actividades comerciales de las iglesias. También se ajustaron cargas a la cerveza, se mantuvo el IVA preferencial del 5 % para vehículos eléctricos e híbridos y se excluyó a productores artesanales de licores del impuesto al consumo.

Sin embargo, se conservaron medidas como la sobretasa del 15 % al sector financiero, el impuesto al patrimonio desde 40.000 UVT, el aumento de la tarifa de Normalización Tributaria del 15 % al 19 %, el impuesto especial del 1 % a hidrocarburos y carbón, y el IVA a juegos digitales de suerte y azar.

Los congresistas opositores argumentaron que el bolsillo de los colombianos no soporta más impuestos y que la reforma no golpeaba realmente a los más ricos, como prometía el Gobierno.

En entrevista con Ecos del Combeima, la senadora Angélica Lozano señaló que el déficit es mayor al reconocido oficialmente: “El Gobierno dice que faltan 16 billones, en realidad faltan más de 50, según el Comité Autónomo de Regla Fiscal. No se puede gastar más de lo que se tiene ni endeudarse ilimitadamente”.

Lozano advirtió que el país enfrenta el déficit y la deuda más altos de su historia, y criticó que el proyecto premiaba a evasores de impuestos mientras cargaba más tributos sobre quienes cumplen. “Eso genera ilegitimidad. A los evasores se les perdona con descuentos y a los cumplidos se les clava impuestos”, afirmó.

El hundimiento de la reforma tributaria representa un golpe político y fiscal para el Gobierno, que ahora deberá buscar alternativas para cubrir el déficit y garantizar la financiación del presupuesto de 2026.