Angélica Johanna Ortiz irrumpió en la contienda por la Cámara de Representantes como una de las cartas del Partido Salvación Nacional en el Tolima, en alianza con el Partido de la U.

Con 28 años, madre, esposa y creyente, afirma que su aspiración nace de una convicción: “Soy una abanderada por nuestros valores, por nuestras convicciones… necesitamos alzar una voz que de verdad crea firmemente y trabaje por la juventud, por las familias, por la economía”.

Aunque proviene de sectores religiosos, asegura que entrar a la política no la intimida.

Para ella, es una extensión del servicio: “La política es una forma de servir… si nosotros vamos a esos lugares vamos a poder hacer que la política funcione por lo que es: para ayudarle a la gente”, explicó.

Ortiz llegó a una coalición armada entre Salvación Nacional, el Partido de la U y otros sectores.

Su diagnóstico sobre el Tolima es crítico. Considera que muchos jóvenes y familias están perdiendo la esperanza y optando por migrar, lo que la motiva a enfocarse en recuperar oportunidades y confianza en el territorio. En esa línea se autodefine como una outsider total: “Total, totalmente”, afirma.

La apuesta presidencial que acompaña su campaña también está clara.

El Partido Salvación Nacional se sumó a la aspiración de Abelardo de la Espriella, quien compite por firmas y figura entre los candidatos con mayor intención de voto.

Ortiz sostiene que su proyecto coincide con esa visión: “Nos representa en valores; creemos que él puede sacar adelante muchos temas que han tenido estancados a Colombia”, dijo.

La precandidata espera que la relación sea recíproca y que el llamado “abelardismo” también respalde su lista en el Tolima. Ante esa posibilidad, fue contundente: “Claro que sí, vamos a trabajar todos unidos”.