La impunidad en el caso de Sharit Ciro
Como si fuera parte del peor libreto de una miniserie de ficción, a Sharit Ciro la violaron y asesinaron vilmente el 8 de marzo, paradójicamente, fecha en la que se conmemora el Día Internacional de La Mujer. Con la promesa de ofrecerle un supuesto empleo, la joven estudiante de la Universidad del Tolima, con el afán de tener mayor sustento económico y una oportunidad laboral, acudió al llamado en internet, de quienes serían sus verdugos: Brandon Archila y Santiago Hurtado, quienes, según la investigación, abusaron de la joven y posteriormente le quitaron la vida.
A pesar de la captura de ambos individuos, y confesión posterior de los delitos en los que incluso se mencionó al padrastro de uno de ellos como autor intelectual del hecho, la semana anterior, tanto Brandon como Santiago, fueron puestos en libertad, evidenciando una vez más la ineficacia de la justicia en Colombia, y marcando un caso de impunidad rampante que ha indignado a la familia de la víctima, y a la ciudadanía en general. Pese a que sobre el vencimiento de términos se dice que no representa la absolución, ni la terminación del proceso, si el tiempo que transcurre es prolongado, se corre el riesgo que haya prescripción de la acción penal, y en definitiva que ninguno de los responsables pague penalmente por lo sucedido.
Pese a lo mediático del caso, a las advertencias días antes de que el vencimiento de términos podía pasar, y de los múltiples llamados de los estudiantes de la UT, de las organizaciones sociales, de los periodistas e incluso de los políticos; el caso de Sharit, pareciera haber quedado en un limbo jurídico, y para sus familiares y amigos, en el dolor más grande, no solo por haber perdido a su ser querido de una forma tan atroz, sino porque los responsables ya están en libertad e incluso uno de ellos habría sido visto campante por las calles del barrio La Gaviota, haciendo graffitis en las paredes, como si no tuviera culpa alguna de lo sucedido.
Hoy levanto mi voz, no solo por Sharit, sino por todos aquellos casos, que han quedado en el vacío, en la impunidad por cuenta del atasco judicial de un proceso o una investigación, de las dilaciones de abogados rábulas que solo se interesan en los dineros que pueden sacar de un proceso, más que de hacer justicia, y lo que es peor, de la Fiscalía, quienes tienen en sus manos, las pruebas y peritajes de los hechos, y permiten que se acuda a esa figura del vencimiento que termina revictimizando, y enviando un muy mal mensaje a la sociedad.
De nada sirven los plantones, las marchas, los murales, si no hay justicia. Obviamente para quienes creemos en Dios, por supuesto que habrá justicia divina, pero también esperamos, la justicia en la tierra. A Sharit no solo le ha fallado el Estado, le seguimos fallando todos un poco.