Pasar al contenido principal
Econoticias y Eventos
Opinión
COMPARTIR
Se ha copiado el vínculo

Realidad internacional y desafíos para la caficultura en Colombia

Para nadie es un secreto que Colombia ha venido perdiendo participación internacional en temas de café.
Imagen
Alejandro Rozo
Crédito
Suministrada
Profile picture for user Alejandro Rozo
21 Abr 2024 - 9:11 COT por Alejandro Rozo

La producción nacional ha disminuido de manera constante desde el año 2022 a raíz de diferentes causas especialmente la relacionada con el cambio climático. Esta situación ha impedido una adecuada floración que se traduzca en mayor cantidad de frutos de café. Sin embargo, a esto también se asocian otros factores como los altos costos en tecnología y fertilizantes.

Colombia pasó del tercero al cuarto lugar en producción mundial de café superado por Indonesia y seguido de cerca por Etiopía, país que nos viene pisando los talones lo que deja entrever un crecimiento sostenido en términos de producción y exportación por parte de estos países. La producción mundial de café para 2023 fue de 178 millones de sacos de 60 kilogramos: Brasil produjo 65,9 millones, Vietnam 29,2 millones, Indonesia 12 millones de sacos y Colombia 10,7 millones presentando una reducción del 9,7% respecto del año 2022.

A mediados del año 2023 se anunciaba el advenimiento de una crisis cafetera para Colombia a causa de factores como la reducción de la producción a causa del cambio climático, la baja en el precio internacional, la variación en la tasa de cambio para 2024, altos costos de producción (fertilizantes), aumento de las importaciones de café de Brasil, Vietnam, Indonesia, Etiopía y otros países emergentes la que generaría una descomposición del mercado colombiano interno y externo causando merma en la prima de calidad de nuestro café suave.

No nos podemos seguir creyendo nuestras mentiras. Existe una falsa idea o cortina de humo que nos hace creer que Brasil solo produce café tipo robusta: esto es bien falso. En la Speciality Coffee Expo Chicago 2024, realizada entre el 12 y el 14 de abril, quedó más que demostrado el auge que vienen tomando los arábigos de países como Brasil, Vietnam, Indonesia, Perú y otros emergentes con excelentes cafés.

Si realmente queremos que el café siga siendo la insignia de Colombia y casi que la principal cadena productiva, se debe iniciar un rápido proceso de innovación tecnológica y social. Hoy el campo se ha vuelto viejo y menos productivo. El país debe dar un giro de 180 grados hacia un café diferenciado a partir de producciones más limpias y sostenibles. Competir con volúmenes será muy complejo si analizamos las altas producciones de Brasil, Vietnam y ahora Indonesia. Si es por calidad y procesos, tampoco tenemos esta ventaja competitiva pues los desarrollos tecnológicos en estos países avanzan a pasos agigantados.

Necesitamos más y mejores desarrollos tecnológicos que apunten hacia una agroindustria que garantice la generación de valor agregado y el acceso a mercados de alto valor. No podemos seguir vendiendo café verde en los mismos costales de hace 50 años; o la caficultura colombiana gira hacia una revolución o pronto seremos testigos de un campo envejecido, pobre y sin oportunidades. La gran apuesta debe apuntar a los jóvenes como empresarios del campo, como una nueva generación de caficultores que requieren formación técnica y tecnológica especializada en temas de café, bilingüismo, innovación para la productividad y competitividad, plataformas de comercialización o exportación y sobre todas las cosas, seguridad y paz en el campo.
 

Tags: Café