Lo que debía ser una jornada de convivencia vecinal en el conjunto residencial Alminar Samoa, en Ibagué, terminó en hechos de violencia que causaron rechazo e indignación entre los asistentes.

De acuerdo con las versiones de testigos, en medio de la actividad recreativa un hombre perdió el control y, con una correa en mano, intentó agredir a varios niños que participaban del encuentro. Incluso, afirman que presuntamente habría alcanzado a propinar una patada a uno de los menores, lo que desató la reacción de los niños, quienes entre gritos lo insultaron llamándolo “calvo”.

El ambiente se tornó tenso y en pocos minutos la integración se convirtió en un escenario de caos. Padres de familia intervinieron para defender a sus hijos y algunos intentaron tomar justicia por sus propias manos contra el agresor. La situación escaló hasta convertirse en una riña colectiva que dejó daños en la propiedad horizontal y una fuerte alteración del orden.

La Policía Metropolitana de Ibagué tuvo que intervenir para controlar la pelea, sin embargo, testigos denuncian que los uniformados no tuvieron en cuenta la presencia de menores de edad y que habrían arremetido contra algunos padres de familia, lo que generó mayor inconformidad.

El hecho deja en evidencia la problemática de la intolerancia en los espacios de convivencia y genera un llamado a reforzar la cultura ciudadana y los mecanismos de resolución pacífica de conflictos en la capital tolimense.