¡El Totumo ahogado en olor a heces de pollo! Pollos GAR señalado por contaminar zona turística
Los habitantes del corregimiento de El Totumo, en Ibagué, volvieron a alzar su voz ante lo que consideran una grave problemática ambiental y de salud pública: los olores ofensivos y la proliferación de moscas que generan los galpones de la empresa Pollos GAR, ubicados a escasos metros del casco urbano del corregimiento.
Según la comunidad, el problema no es nuevo. Desde hace varios años se han interpuesto quejas y denuncias ante la Alcaldía, la Secretaría de Planeación y Cortolima, pero no ha habido soluciones de fondo. Los galpones, según la comunidad, producen entre 30.000 y 40.000 pollos por ciclo, están ubicados en un área destinada al turismo y a la recreación campestre, lo que contradice el uso del suelo permitido.
Contradicción con el ordenamiento territorial
Miguel Naged Rondón, habitante y vocero de la comunidad, explicó que mediante decreto se declara a El Totumo como corredor turístico Ibagué – Totumo – Carmen de Bulira, prohibiendo expresamente actividades agropecuarias tecnificadas, industrias y cría de animales a gran escala.
De igual manera, recordó que el Decreto 0823 de 2014, que corresponde al Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Ibagué, ya establecía limitaciones para este tipo de explotaciones en zonas con vocación turística y recreativa.
"Hay que tener muy claro que el área del totumo tiene una subdivisión en donde hay una área urbana en donde está la escuela, en donde está la iglesia en donde están los restaurantes legalmente constituidos. Aquí tengo una imagen de Google, en donde satelitalmente le calcula a usted las distancias, y aparece que, desde la iglesia principal del pueblo, al galpón, hay 100 metros; de la escuela principal del pueblo, al galpón, hay 400 metros", comentó.
Impacto en la salud y en el turismo
Los olores se intensifican en horas de la madrugada y al anochecer, generando incomodidad entre los residentes y visitantes. Naged advirtió que este tipo de afectaciones también ha sido considerado por la Corte Constitucional como una violación a derechos fundamentales como la salud, la intimidad y el ambiente sano.
Además de la incomodidad, los vecinos aseguran que el problema ha generado una disminución en la afluencia turística y afectaciones económicas a los restaurantes y negocios locales que dependen de esta actividad.
Llamado a la administración municipal
La comunidad pidió a la alcaldesa Johana Aranda, a la secretaria de Planeación Daniela Cabrera y al secretario de Gobierno Francisco Espinosa actuar de manera inmediata y policiva, no solo revisando licencias o normas técnicas, sino ordenando el cierre o reubicación de la actividad avícola en cumplimiento del POT.
“Los habitantes no tenemos recursos económicos ni legales para enfrentarnos a una empresa de este tamaño. Pero la Alcaldía sí tiene la obligación de hacer cumplir la norma. No podemos seguir resignados a vivir en medio de olores insoportables y ver cómo se deteriora un corredor turístico que debería ser orgullo para Ibagué”, concluyó Naged.