En medio de las montañas de la vereda Guadual Alto, en el municipio de Rovira, nació una historia de constancia que hoy inspira a todo el Tolima.

El protagonista es Óscar Duván Céspedes, un joven campesino que nunca soltó su sueño de convertirse en médico, a pesar de las dificultades económicas, las distancias geográficas y los obstáculos que a muchos hubieran hecho renunciar.

Presentó la prueba del ICFES por primera vez en 2016, obtuvo el mejor resultado de su municipio, pero no fue suficiente porque la carrera que anhelaba —medicina en la Universidad del Tolima— aún quedaba lejos, no por falta de méritos, sino por la imposibilidad de sostenerse mientras estudiaba.

“Uno como joven oriundo de un municipio como estos, de una vereda como la mía, hay que ser honesto, las oportunidades nunca van a ser iguales a las de una persona que tiene la capacidad de estudiar tiempo completo”, afirma Óscar con la madurez de quien ha luchado a pulso por abrirse camino.

Pero lejos de rendirse, insistió. Volvió a presentarse en 2022, y así hasta  2025. Seis veces en total. Seis veces en las que no perdió la fe, sino que ganó experiencia, temple y más conocimiento. El resultado de su última prueba fue histórico: 491 puntos sobre 500, el mejor puntaje en todo el Tolima y el cuarto a nivel nacional.

Ese logro no pasó desapercibido. En su más reciente visita a Rovira, la gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, reconoció públicamente el esfuerzo de Óscar, exaltando su ejemplo como un símbolo de inspiración para toda la juventud tolimense.

“Esto es motivación para todos los jóvenes, porque uno lo que se propone lo puede lograr, y Óscar sacó el puntaje más alto que le sirve para estudiar medicina. Vamos a ayudarte para que tengas una moto y te puedas transportar a la universidad y estudiar como te lo mereces”, aseguró la mandataria, comprometiéndose a respaldar su proceso académico.

Hoy, Óscar representa mucho más que una cifra sobresaliente en un examen. Representa a miles de jóvenes rurales que no se rinden, que luchan contra la desigualdad con libros en las manos y esperanza en el corazón. Su historia es un testimonio vivo de que los sueños, cuando se trabajan con disciplina y determinación, terminan por cumplirse.