Esta semana leí el análisis que hizo Álvaro Forero Tascón sobre como los opositores al ejercicio político que viene haciendo Gustavo Petro, desde antes de llegar a ser presidente de la República e incluso ahora, durante su periodo de gobierno, han estado equivocados en la estrategia que diseñaron para combatirlo y no puedo estar más de acuerdo.

Contra Petro no fue suficiente inhabilitarlo cuando fue alcalde de Bogotá, ni derrotarlo en las elecciones presidenciales en el 2018, ni culparlo por ser el promotor del caos y los desmanes de las marchas que ocasionaron el estallido social. Siendo presidente, no funcionó la estrategia para frenar la reforma tributaria, tampoco su propósito de implementar a la fuerza la fallida reforma a la salud y quizás sacará adelante las demás cosas que se le ocurran por nefastas que sean.

No han servido las graves acusaciones que giran alrededor del Gobierno Petro, los escándalos por la financiación de su campaña en donde está involucrado su hijo y el embajador Benedeti, ni los de Laura Sarabia, ni los de su esposa, ni la corrupción de la Unidad de Gestión del Riesgo, ni las denuncias que se convierten en espectáculos mediáticos todos los días; y aunque su imagen de desaprobación va en aumento, la convocatoria mostrada el 1ro de mayo mostró que goza del respaldo popular.

¿Por qué ha fallado la estrategia? porque Petro ha logrado llevar a sus opositores al espacio donde es fuerte, el de la confrontación; todos los éxitos políticos de Petro han sido combatiendo, es un maestro en eso, mientras la política tradicional está acostumbrada al manejo diplomático, de confort y de olvido de las bases, de la cercanía con la gente y el trabajo social. Por lo tanto, cuando de pelear se trata, Petro lleva a sus opositores a su terreno y allí resulta victorioso, pues tiene apropiados los discursos del cambio y la defensa de las personas y los demás, siguen creyendo que, con hacer ataques sobre temas morales, administrativos o judiciales, le pueden ganar.

Seguir buscando escándalos para frenar a Petro es infructuoso, ya que resultan siendo golpes de momento en donde se le deja la política a los periodistas. la estrategia hay que cambiarla, cambiar la formula, buscar acuerdos reales y que se centren en lo fundamental, ya que en el intento de bloquear a Petro, él tiene claro su camino,  ya fue Senador, Alcalde de Bogotá, Presidente de este país y si se continúa así, tendrá éxito en el 2026.