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Tolima ante el reto de la minería, la energía verde y el desarrollo sostenible

Con potencial agrícola, minero y energético, el departamento se debate entre la riqueza del subsuelo y la urgencia de proteger su biodiversidad.
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Crédito
Ecos del Combeima
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9 Nov 2025 - 9:21 COT por Álvaro Montoya

Al escuchar que la Universidad de Ibagué ha iniciado el primer doctorado en Bioeconomía de Colombia, precisamente cuando el mundo está girando hacia la biodiversidad y la economía global vive una transformación profunda en este aspecto e impone el desarrollo sostenible, con tecnología y fuentes de energía limpia, se plantea entonces un reto muy particular para esta región conocida como el Corazón de los Andes, por su relevancia en temas ambientales, hídricos y de seguridad alimentaria; como igualmente reconocida por su potencial minero-energético, ahora amparada en Áreas Estratégicas Mineras (AEM) y las Áreas de Reserva para la Formalización Minera (ARF).

Reto territorial por su potencial minero, especialmente en municipios como Cajamarca, Líbano y Ataco, donde se ha procurado frenar la extracción ilícita del “oro” con una estrategia de formalización, legalización y mejores prácticas medioambientales; como también del “cobre” en municipios como Valle de San Juan, San Luis, Rovira e Ibagué; de la “plata” en municipios como Herveo, donde podría ser trascendental para el desarrollo socioeconómico de su gente; y ahora con el nuevo “oro blanco” del siglo XXI, que venía pasando desapercibido, pero que hoy pone a todo un país, y al Tolima en particular por su gran potencial, a mirar hacia un horizonte de oportunidades. Regiones como el Tolima bien podrían tener una gran oportunidad y un papel preponderante, si logra equilibrar su potencialidad con la sostenibilidad.

En los últimos años, diversos estudios geológicos y anuncios preliminares han identificado, además del oro, plata y cobre, un gran potencial en zonas con reservas de litio y otros minerales críticos en el país, entre ellas algunos sectores del Tolima. Esto abre un debate necesario e importante sobre cómo aprovechar esta riqueza sin repetir los errores de modelos extractivos que han dejado más impactos negativos que beneficios socioeconómicos.

El litio es clave para las baterías recargables, los sistemas de almacenamiento de energía y la electromovilidad, como lo es también la plata en la construcción de paneles solares, propios de la energía limpia y medioambientalmente amable. Ese nuevo “oro blanco”, corazón de los autos eléctricos y de la revolución energética que impulsa el planeta, podría ser también fuente de desequilibrio, si no se gestiona con visión territorial, participación social y una buena planificación ambiental.

El Tolima, que históricamente ha sido agrícola, enfrenta un dilema muy particular al tener una gran oportunidad económica para superar esos indicadores de pobreza que lo han acompañado por décadas, pues tiene en su territorio simultáneamente la mejor tierra y cultura agrícola para seguir sembrando café y alimentos como símbolo e identidad rural, integrándose a su vez a una economía verde y global. Pasando así a una nueva etapa de desarrollo agrícola, sumando la industria y el comercio internacional a sus productos como en el café, arroz, cacao, limón, mango y aguacate, entre otros, y encadenándolos para ganar productividad y competitividad, generar empleo cualificado y avanzar en un sector tan preciado frente al propósito mundial de garantizar la seguridad alimentaria.

El Tolima podría convertirse en una zona piloto nacional de transición energética, aprovechando su ubicación estratégica en el centro del país, su luminosidad, su base agroalimentaria y su potencial minero. Sería un territorio donde el agro (café, arroz, cacao, frutas, etc.) y la minería (litio, plata, cobre, oro, etc.) convivan y se complementen; donde la agricultura, la tecnología y la energía limpia dialoguen, y las inversiones, como sus beneficios, tengan un verdadero sentido social y territorial.

El reto estaría en lograr que el desarrollo agroalimentario regional sea complementario y hasta armónico con el potencial minero-energético existente, y poder llevar a cabo una estrategia integral, no de excepción ni aislada desde “Tolima Centro de Inversión”.