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Tolima: el aroma del café que también sabe a futuro sostenible

¿Estamos listos, productores, empresarios, academia y ciudadanía, para que el café tolimense sea a la vez nuestro emblema y nuestra ruta hacia un futuro sostenible?
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Adriana Matallana
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10 Ago 2025 - 8:56 COT por Adriana Matallana

Ibagué y el Tolima atraviesan un momento clave: nuestros cafés especiales no solo conquistan paladares en el mundo, sino que empiezan a contar una historia distinta, la de una región que entiende que sostenibilidad y negocio pueden caminar juntos. La III Feria Internacional del Café en El Líbano, que se está realizando entre el 9 y 10 de agosto, es una oportunidad para reflexionar sobre cómo convertir esta fuerza cafetera en una ventaja competitiva, sostenible, constante y compartida.

Este año la feria llega con señales claras de fortaleza: más de 650 microlotes inscritos y 40 seleccionados para la subasta, con la expectativa de superar los resultados del año anterior, cuando se lograron ventas superiores a los 700 mil dólares y se pagaron precios excepcionales por cafés de alta calidad. Se espera la llegada de alrededor de 20.000 asistentes entre compradores, catadores, productores y visitantes, lo que demuestra que la región tiene el potencial para atraer y mantener la atención del mercado internacional.

La sostenibilidad ya no es un valor agregado, sino un requisito para abrir puertas en los mercados más exigentes. Beneficios ecológicos que ahorran agua, manejo adecuado de residuos, uso racional de insumos y prácticas de conservación no solo protegen el medio ambiente, sino que también incrementan el valor del producto y su competitividad. Cada vez más compradores internacionales buscan historias de origen ligadas a procesos limpios y consistentes, y el Tolima tiene la capacidad de ofrecerlas si mantiene la disciplina y la visión a largo plazo.

Pero el reto no es solo destacar durante la feria, sino convertir ese impulso en un modelo constante. La calidad de nuestros microlotes, la trazabilidad y el compromiso con la innovación deben sostenerse más allá del evento. Esto implica impulsar la productividad climáticamente inteligente, aprovechar la economía circular para generar valor a partir de subproductos como la pulpa o la cáscara, y profesionalizar aún más la comercialización con información técnica y relatos auténticos que conecten con el consumidor final.

Las oportunidades están a la vista. Este año, Ibagué ha logrado exportar decenas de toneladas de café hacia mercados tan exigentes como China, confirmando que el mundo está dispuesto a recibir nuestro producto cuando se cumplen los estándares de calidad y sostenibilidad. El desafío ahora es que esas puertas abiertas se mantengan a través de contratos recurrentes, innovación en la presentación de nuestros cafés y una sólida estrategia de posicionamiento internacional.

Más allá de lo que representa para el comercio, la Feria Internacional del Café es una plataforma para conectar productores, compradores, investigadores, emprendedores y turistas. Su valor no se limita a dos días de subastas y vitrinas; es la base para que el café tolimense sea, de forma sostenida, un motor económico, una identidad cultural y un ejemplo de cómo la tradición puede unirse a la innovación para proyectarnos al futuro.

El Tolima ya demostró que tiene la taza, el talento y la disciplina. La feria amplifica la voz; la sostenibilidad afina el mensaje y abre las puertas del mundo. Si queremos que el café sea nuestro orgullo y también nuestro modelo de desarrollo, la tarea no termina cuando se apaguen las luces del evento: ahí es cuando realmente empieza.

¿Estamos listos, productores, empresarios, academia y ciudadanía, para que el café tolimense sea a la vez nuestro emblema y nuestra ruta hacia un futuro sostenible?
 

Tags: Café