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La sociedad civil ya absolvió a Uribe

No se trata de ser Uribista o de no serlo. Se trata de haber tenido la oportunidad de hacer seguimiento a las 67 audiencias que tuvieron lugar en la etapa del juicio de dicho proceso, para poder arribar a dicha conclusión, sin rubor, ni sonrojo.
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26 Jul 2025 - 15:11 COT por Ecos del Combeima

Claramente, no es un  jurado de conciencia en nuestro sistema jurídico actual, el que decide la responsabilidad de los investigados en un proceso penal, pero si así lo fuera, ya conoceríamos el sentido del fallo en la causa que se sigue contra Álvaro Uribe Vélez.

Y es que salvo, por los malquerientes y detractores del Expresidente, la sociedad Colombiana ya tiene una opinión muy bien formada y clara sobre el denominado juicio del siglo: “URIBE ES INOCENTE”.

No se trata de ser Uribista o de no serlo. Se trata de haber tenido la oportunidad de hacer seguimiento a las 67 audiencias que tuvieron lugar en la etapa del juicio de dicho proceso, para poder arribar a dicha conclusión, sin rubor, ni sonrojo.

Asumo que muy  pocos jueces quisieran estar en los zapatos de la Doctora Sandra Heredia. La presión no es menor. Propios y extraños emiten sus opiniones sobre el particular. Naturalmente la nuestra no puede faltar, eso sí, precedida del acostumbrado respeto y bajo una premisa inexpugnable que espero que todos al unísono compartamos: independientemente del sentido de la decisión y hasta de lo contraevidente que pudiere resultar la misma, las decisiones de los jueces en un estado social de derecho, deben respetarse y acatarse.

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Álvaro Uribe Vélez, expresidente
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Además no puede perderse de vista, que la decisión en todo caso será susceptible del recurso de apelación, por lo cual, no se tratará de la última palabra.

¿Pero por qué afirmar que URIBE es inocente?. Sencillo. No hay dentro del expediente que ha sido de conocimiento público, una sola prueba que lo incrimine. Los pocos testigos que quisieron comprometerlo, como Juan Guillermo Monsalve, Deyanira Gómez y Carlos Enrique Vélez, además de que nunca jamás tuvieron un contacto personal y directo con el exmandatario, sí en cambio, han tenido vínculos extrañamente cercanos con el Senador Iván Cepeda, por no hablar de las penas privativas de la libertad que purgan actualmente, en el caso de algunos de ellos. En contraposición, decenas de testimonios que desacreditan sus falaces declaraciones, como es el caso del padre y del hermano de Monsalve que niegan que Juan Guillermo haya hecho parte de las autodefensas y que Cepeda les ofreció beneficios; o el del abogado Héctor Romero que confirmó la participación que tuvo Deyanira en el ingreso de un reloj grabadora al centro penitenciario, lo cual constituye una actuación contraria a la ley; o la evidencia que es de conocimiento público, en la voz de la ex esposa de Carlos Enrique Vélez, que relata la  manera temeraria como éste la involucró de un homicidio que no cometió, por el siempre hecho de haber decidido dejarlo; dejando claro así que quienes pretendieron incriminar al expresidente son personas proclives a delinquir y/o a mentir, motivados en algunas ocasiones por su interés de mejorar sus condiciones carcelarias, dadas las penas que purgan en prisión, lo cual en efecto han logrado, no siendo razonable por ende que se les dé credibilidad alguna.

Y si bien la presión que ejercen propios y extraños sobre la juez de la causa ha sido considerable, el calvario que ha tenido que padecer el exmandatario, no ha sido menor. Pasar injustamente de víctima a victimario; ser investigado por un Magistrado que no se declaró impedido, pese a la cercanía con la esposa de su verdugo; ser objeto de una medida de aseguramiento innecesaria e injustificada, cuando ni siquiera se le había acusado ni mucho menos condenado; ser acusado por el Fiscal Villareal, quien había sido designado y promovido por Eduardo Montealegre una de las presuntas víctimas, sin poner de presente dicho conflicto de intereses. Todo lo anterior sin pasar por alto, el proceder de algunas presuntas víctimas dentro del desarrollo de las audiencias, que fueron pillados en flagrancia, mientras le hacían señas a algunos declarantes, o de la propia Fiscal que acudió al juicio, quien dejó mucho que desear y que pensar en algunas manifestaciones verbales y corporales, que fueron captadas por las cámaras y los micrófonos.

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A todo lo anterior, se suma la presión indebida del Presidente Gustavo Petro, quien lejos de fungir como un Jefe de Estado, se comporta como un hooligan o hincha de comportamiento violento y agresivo, que no disimula su interés político de que Uribe sea condenado. También las presiones que provienen desde Venezuela por parte de Maduro y de Diosdado Cabello, quienes no conformes con el fraude que pretendieron consumar el 28 de Julio del año pasado, pretenden celebrar el próximo lunes 28, la caída de un gran patriota, que se ha parado firme, contra el socialismo del Siglo XXI que representan. Y qué decir de las presiones de los nuevos adalides de los principios y de la moral; los excombatientes de las FARC, que sin vergüenza ni pudor, se atreven a pedir la condena de quien los combatió con la política de seguridad democrática y los redujo a su mínima expresión.

Solo le pido al Dios de los cielos que ilumine a la Señora Juez. Que no olvide aquella premisa que nos enseñan en las escuelas de leyes: “DAME LAS PRUEBAS, YO TE DARÉ EL DERECHO”; y que en consecuencia absuelva al expresidente Uribe, no porque existan dudas frente a su responsabilidad y deba acudir a la presunción de inocencia como sucedáneo de prueba, sino porque en verdad, la inocencia de Uribe quedó demostrada; como demostrada también quedó, la malsana intención, de quien cual peregrino, se dedicó a visitar las cárceles ofreciendo beneficios a condenados, para derrotar en los estrados judiciales a sus enemigos políticos, luego de no haberlos podido vencer en las urnas.

La conclusión de toda esta historia no puede ser otra. La víctima terminó convertido en victimario, y el victimario -que desarrolló todo un peregrinaje en las cárceles lo cual es de conocimiento público- , terminó convertido en víctima. Esa y nada más que esa, es la verdad. Es la realidad. Por eso la opinión pública Colombiana, con independencia de lo que se anuncie el próximo 28 de Julio, ya absolvió a Álvaro Uribe Vélez. Uribe Vélez inocente.