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Familia Hakim con pasado ibaguereño

A raíz del atentado que dejó gravemente herido al senador Miguel Uribe, el neurocirujano Fernando Hakim ha cobrado relevancia nacional por liderar su tratamiento. Detrás de su impecable trayectoria, se esconde el legado de una familia profundamente ligada a Ibagué, encabezada por su padre, el reconocido médico e inventor Salomón Hakim, creador de la válvula que revolucionó el tratamiento de la hidrocefalia en el mundo.
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13 Jul 2025 - 8:04 COT por Juan Manuel Díaz Borja

A más de un mes del atentado que tiene entre la vida y la muerte al senador Miguel Uribe Turbay, un nombre ha cobrado especial notoriedad en el ámbito médico nacional: el del neurocirujano Fernando Hakim. Como jefe del Departamento de Neurocirugía de la Fundación Santa Fe de Bogotá, Hakim ha liderado las complejas intervenciones quirúrgicas realizadas al senador, cuyo pronóstico aún es reservado. Su liderazgo oportuno ha sido clave para mantener con vida al congresista, según han destacado múltiples voces del sector salud.

La historia del doctor Fernando Hakim, sin embargo, es apenas un capítulo en el notable legado de una familia marcada por la vocación médica y por una profunda conexión con la ciudad de Ibagué. Su apellido, “Hakim”, que en árabe significa “sabio” o “médico”, parece haber sido una premonición del destino que seguirían los hombres de esta estirpe, pues Fernando y sus dos hermanos varones siguieron los pasos de su padre, el médico e investigador Salomón Hakim, creador de la famosa válvula Hakim y un referente de la neurocirugía mundial.

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Aunque nacido en Barranquilla, Salomón vivió su infancia en Ibagué, ciudad que dejó una huella indeleble en su vida. Estudió en el Colegio de los Hermanos Maristas y era allí en donde en lugar de disfrutar de los recreos, prefería quedarse en el laboratorio de física, desarmando radios y bombillas, fascinado por los misterios del magnetismo. A la par, y aprovechando su residencia en la ciudad musical de Colombia, Salomón Hakim también cultivó su amor por la música, estudiando piano en el Conservatorio del Tolima.

Esta curiosidad temprana lo llevaría años más tarde a revolucionar la medicina con la invención de la válvula, dispositivo que ha permitido tratar la hidrocefalia con presión normal al drenar el exceso de líquido cefalorraquídeo. Dicha válvula, usada hoy en millones de pacientes alrededor del mundo, ha salvado incontables vidas y posicionó a Salomón Hakim como uno de los grandes innovadores del siglo pasado, tal y como lo destacó el escritor Carlos Orlando Pardo en su libro “Protagonistas del Tolima siglo XX” (1995), donde lo incluyó entre los personajes más influyentes del departamento.

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Tras pasar su niñez en Ibagué, ciudad en la que dio sus primeros pasos en el mundo de la ciencia, Hakim se trasladó a Bogotá para culminar el bachillerato, estudiar medicina en la Universidad Nacional y luego especializarse en Boston, donde profundizó en las enfermedades que marcarían su trayectoria médica.

Hoy a 14 años de su fallecimiento, su legado continúa vivo. Sus hijos participaron desde muy jóvenes en la fabricación de las primeras 500 válvulas Hakim, y hoy, el más reconocido de ellos, Fernando, honra el nombre de su padre no solo desde los quirófanos, sino también a través de su propia familia, pues uno de sus hijos lleva por nombre “Salomón” en memoria suya. A diferencia de sus antecesores, este joven optó por el mundo empresarial, marcando una nueva ruta en la historia de una familia que ha dejado una profunda huella en la medicina y en Ibagué, a donde todavía se le recuerda con cariño.

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