Pasar al contenido principal
Econoticias y Eventos
Judicial
COMPARTIR
Se ha copiado el vínculo

GP Motors rompe el silencio sobre el Jeep Rojo y desvincula del escándalo a reconocido funcionario

El concesionario emitió un comunicado en el que aclaró que el vehículo, aunque aún figura a nombre del Curador 1 de Ibagué, ya no es de su propiedad y responsabilizó al empresario Andrés Escobar, padre del joven que conducía en estado de embriaguez.
Imagen
Comunicado Jeep
6 Jun 2025 - 6:31 COT por Jhon M Moreno

Después de varios días de especulación y revuelo por el caso del Jeep rojo con placas DRT149 involucrado en una persecución policial el pasado domingo en Ibagué, la empresa GP Motors SAS rompió el silencio y emitió un comunicado oficial en el que aclara su posición frente al incidente y deslinda de toda responsabilidad al curador urbano 1 de la ciudad, Manuel Antonio Medina Espinosa.

El hecho, que ha generado amplia atención mediática y en redes sociales, involucró al joven Jerónimo Escobar, quien conducía el vehículo en estado de embriaguez. Durante la persecución ocasionó varios accidentes de tránsito, afectaciones a terceros y dejó un saldo de al menos un policía lesionado. El escándalo tomó mayor dimensión al conocerse que, según el sistema RUNT, el vehículo aún figura a nombre del reconocido funcionario público.

No obstante, GP Motors, representada por Fabricio Ramírez, señaló que aunque el vehículo aparece legalmente registrado a nombre de Medina Espinosa, este no tiene ninguna relación con los hechos ocurridos. Según se detalló en el comunicado, la compraventa del vehículo se realizó el 3 de octubre de 2024, cuando Medina vendió el automóvil a GP Motors, cumpliendo con todos los trámites y documentos exigidos.

Posteriormente, en el mes de noviembre de 2024, el Jeep fue entregado mediante contrato de compraventa con pacto de permuta a Andrés Fernando Escobar Gómez, un conocido empresario de la ciudad. En dicho contrato se establecieron los plazos de pago y condiciones para el traspaso definitivo de la propiedad, el cual se encontraba en proceso.

GP Motors enfatizó que la demora en el registro del traspaso no obedeció a negligencia, sino a prácticas comerciales habituales en este tipo de negocios, y reiteró que todas las responsabilidades administrativas y judiciales derivadas del uso indebido del vehículo recaen exclusivamente en Andrés Escobar, actual poseedor del mismo, y en su hijo Jerónimo Escobar, protagonista del lamentable suceso.

La compañía concluyó su pronunciamiento afirmando que se mantiene en disposición de colaborar con las autoridades en el marco de cualquier investigación, y que continuará cumpliendo con los más altos estándares de responsabilidad en sus procesos de compraventa de vehículos.

Imagen
Comunicado