“Nosotros no le estamos pidiendo un favor al Ibal, pagamos el servicio y tenemos derecho a que nos den una solución”: Leonardo Santana
En Ibagué los problemas de alcantarillado han llegado a niveles críticos, por la antigüedad de los barrios muchas de las redes han colapsado al tiempo y los recursos no alcanzan para cubrir las necesidades de todos los sectores afectados, por lo cual los sectores que logran se prioricen las obras que se requieren se sienten muy afortunados.
En el barrio La Trinidad la comunidad pensó que sus problemas de alcantarillado llegarían a su fin cuando el alcalde visitó el sector el 7 de agosto del 2016 y se comprometió a agilizar tanto el cambio de alcantarillado como la pavimentación.
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La obra de cambio de alcantarillado se inició en un tramo de la vía principal sin embargo pasaban los días y no se les entregaba la certificación para iniciar el trámite de pavimentación, luego de varios intentos les informaron que la obra había quedado mal y tenían que hacerle arreglos.
Los trabajadores regresaron hicieron ajustes pero hasta el momento nadie informa si el daño ya se reparó o no y la comunidad sigue a la espera.
“Cada dos o tres días pasa un carro medio pesado y se revienta la tubería y eso está generando graves problemas de salubridad, las casas se están inundando y los vecinos perdiendo sus enseres, pero nadie nos responde. Como hemos denunciado ante las redes sociales que el señor Girón no nos ha cumplido, me llamaron del Ibal y dijeron que esta semana nos solucionaban el problema pero sigue sin pasar nada, no le estamos pidiendo un favor al señor gerente, estamos exigiendo porque nosotros pagamos acueducto, alcantarillado, impuestos y creo que merecemos que nos presten atención”, afirmó Leonardo Santana, presidente de la JAC.
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El líder comunal expresó que en tiempos de lluvia las personas quedan atrapadas en sus casas porque se forma un lodazal impresionante en las calles, han tenido que buscar arena y recebo para intentar sobrellevar la situación pero están a punto de cerrar la vía para evitar que la tubería se siga reventando a causa del peso de los vehículos.
“Cada semana se revienta esto y vienen a cambiarlo, porque no arreglan bien de una vez, creo que eso es una especie de detrimento a las arcas del municipio”.