“No compramos un sueño, compramos una pesadilla”, este es uno de los tantos testimonios que han salido a la luz entre las múltiples quejas de personas que se han visto afectadas por proyectos de vivienda con problemas de abastecimiento de agua en Ibagué.

Casos como el de Alminar Samoa, Altos de Miramar y Arboleda Campestre, son los más sonados por inconvenientes en el suministro de agua potable ante el clamor de sus residentes por obtener una solución a esta problemática. 
 
Tanto veedores como voceros de estas zonas narraron la precaria situación que deben vivir a diario por la falta de agua. Anuncios como “se vende” o “se arrienda”, no han logrado captar la atención pese a los asequibles precios ofertados en el mercado inmobiliario, ¿la razón?, es de conocimiento público la problemática que atañe el día a día de varias familias a falta de este vital líquido.

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“La constructora nos entregó un conjunto sin nada, la vía principal es un desastre, es un camino de herraduras de los tiempos arcaicos. Nos tocó hacer la gestión para las primeras luces de la vía pública, por no hablar de las zonas sociales que son un total abandono, no tenemos absolutamente nada. Para colmo, nosotros nos suplimos de un pozo acuífero, el cual no tiene concesión de agua de Cortolima. Hemos tenido varios racionamientos de agua muy sentidos”, relata Flor María Vega, residente del conjunto residencial ‘Altos de Miramar’ de la constructora Construservicios B Y H Ltda.

Según testimonios de residentes de Altos de Miramar, han llegado a durar hasta 27 días sin agua. 
 
“El IBAL no tiene cobertura en la comuna 13 de Ibagué. Nosotros contamos con 324 apartamentos (...) La respuesta de la constructora es darnos la espalda, nosotros somos estrato dos y nos hemos reunido para poder reclamar nuestros derechos. Cómo es que uno va a comprar un sueño, se va a volver una pesadilla y a fuerza uno tiene que sacar de donde no tiene, porque somos familias pobres, sin recursos económicos, hay personas que ganan un salario mínimo o no cuentan con un trabajo digno”, dice Flor María Vega a Econoticias, quien además sostiene que  “las constructoras no hacen sino mentirle al pueblo, engañar y captar dinero de los propietarios sin ninguna medida de habitabilidad”, concluyó.

En cuanto a 'Alminar Samoa', sus habitantes siguen esperando la solución que hace tres meses les prometió el alcalde Andrés Fabián Hurtado, referente a una extensión de dos kilómetros entre el tanque de Ambalá y la urbanización ubicada en la parte alta del sector 'El Triunfo'.

Por su parte la periodista y representante de esta comunidad, Magaly Leyton, indicó que el proyecto acoge a 3.840 habitantes para un total de 960 apartamentos construidos, sin contar la torre 5 que está a portas de ser entregada.

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“Estas personas se ven perjudicadas por el suministro de agua que presta el acueducto ‘El Triunfo’, pero realmente más de 6.000 o 7.000 habitantes porque ese acueducto fue construido para 400 familias y llegó JF con su constructora Alminar Samoa a disponer del agua para tantas personas”, acotó Leyton.

La ciudadana también expuso la supuesta razón que desató esta situación que involucra a cientos de familias, calificándola como una “irregularidad”.

“La irregularidad para el licenciamiento urbanístico, donde el señor JF, consigue una disponibilidad de acueducto y alcantarillado. El acueducto por parte de la Junta de Acción Comunal del barrio ‘El triunfo’, que no eran operadores y obviamente una no es la que debe prestar este servicio; y el alcantarillado por parte de la urbanización de la Ambalá que no tenía disponibilidad tampoco ni perímetro en Alminar Samoa”, puntualizó la la periodista.  

Por último, en lo que se refiere al caso de ‘Arboleda Campestre’, es una de las zonas más conocidas en la ciudad, área en donde el agua llega dos horas por la mañana y dos horas en la tarde.