¿Se debe legalizar la marihuana?

Hace un par de días fue archivado en la plenaria de la Cámara de Representantes, el proyecto de ley que pretendía modificar el artículo 49 de la Constitución Nacional para permitir el consumo de cannabis como sustancia que no genera afectaciones reales a la salud. La reforma establecía que el uso y el consumo serían solo para mayores de edad y en los lugares establecidos por ley; en esencia, lo que se buscaba es que quien consuma marihuana pueda ir a adquirirla a sitios previamente regulados para ello y que no ocurra como sucede hoy en día cuando estos consumidores deben ir a expendios ilegales.
El tema en sí mismo despierta sensibilidad y por ende controversia, sin embargo, considero que el debate que se surtió en el congreso se desarrolló pensando en tomar una decisión que fuera popular y no fue motivada con argumentos sólidos y de fondo, por ejemplo: “Que la marihuana recreativa escala a otras drogas, afecta neuronas, que el consumidor llega a estados de alienación, o que se busca proteger a la juventud y la familia”; si esa es la razón o las razones, ¿qué pasa con el alcohol, si está demostrado que es más perjudicial para la salud, también genera adicción y es legal?, ¿ si se piensa en la familia, por qué no fortalecerla con educación para que los jóvenes tengan, criterio, principios, valores y no tomen malas decisiones?
La misma ponderación debería hacerse con el cigarrillo, todas las sustancias psicoactivas, el sexo, el juego o cualquier otra situación que en exceso genere dependencia. Entonces, el quid del asunto radica en evaluar, que quienes tienen esa clase de adicciones son enfermos y como se trata de una enfermedad, el asunto debe ser manejado como un tema de salud pública.
Ahora bien, las leyes nacen para solucionar problemas, conforme al principio de necesidad; la marihuana, en medio de todos nuestros males, no es el mayor ni el más grave, pues el narcotráfico, que si ha sido nuestro cancer, obtiene sus mayores ingresos por la producción y tráfico de cocaína y frente a eso no ha surgido una iniciativa que realmente lo corte de raíz. Adicionalmente, hay que recordar que en Colombia es permitida la dosis mínima, siendo así, ¿que sentido tiene prohibir la marihuana de uso recreativo?.
Que se mantenga ilegal fortalece a los carteles de la droga, a todos los eslabones que la componen y a nuestro país le tocó la peor parte de la historia, ya que por desgracia, el mundo está perdiendo la batalla contra el narcotráfico y nosotros somos los que estamos poniendo los muertos.
Álvaro Gómez decía hace 25 años, que ya era hora de buscar alternativas que acabaran con el flagelo del narcotráfico, por cuanto nos había quedado grande combatirlo. 25 años después seguimos en la misma discusión, con los mismos inconvenientes y sin tener como resolverlos, parece que es algo que nos supera. Así que la discusión está abierta, toda vez que, no es una cuestión que se pueda plasmar en una sola columna y en unas pocas palabras; pero ya es hora que en el país, se plantee la forma de cómo vamos a librarnos de eso que nos tiene estancados, atorados y no nos deja evolucionar.