Ibagué por mal camino vs alcalde con buena imagen

La reciente encuesta telefónica con una muestra de 100 personas de las cuales un 60 por ciento eran de los niveles socioeconómicos 2 y 3, contratada por Ecos del Combeima con la firma Invamer, dejó algunas conclusiones de los 100 días de mandato del gobernador del Tolima y el alcalde de Ibagué, adicional del manejo de la situación derivada del covid-19 por parte de los dos gobernantes. Conclusiones para la alcaldía: Andrés Fabián Hurtado, tiene buena imagen. El desempleo sigue desvelando a los ibaguereños pero se sienten seguros. Las ayudas podrían tener mayor celeridad. Le reconocen al alcalde el buen manejo en el suministro de agua. Lo ven como un hombre trabajador que genera credibilidad. Pese a todo, los encuestados aseguran que la ciudad va por mal camino.
A Hurtado le preocupa su imagen por eso se gasta -en el peor momento para la ciudad- 100 millones de pesos en la revista Semana, para que en dos ediciones entregue informes de su gestión, que muy seguramente estarán centradas en el manejo de la pandemia, porque a decir verdad, en los primeros 75 días Hurtado no pasó de meros anuncios, reculadas, promesas y continuidad obras escenarios deportivos iniciadas en la anterior administración. La verdad regulimbis y con tendencia a empeorar. No hay mal que por bien no venga y a Hurtado o mejor al Barretismo, al parecer, el virus les llegó como una oportunidad en el buen sentido de la palabra.
El desempleo desvelará por mucho tiempo, porque en los últimos 20 años Ibagué no ha logrado elegir un gobernante capaz y competente para enfrentar y conjurar un fenómeno social que amenaza con azotar con más fuerza una vez se vuelva a la normal vida. La percepción de seguridad en días de confinamiento cambió, porque hoy la amenaza no es el atraco, sino el contagio, de ahí que el lugar más seguro sea la casa. Las ayudas están demoradas porque, al parecer, primero se atienden los sectores que beneficiaron al mandatario con su voto, y como están las cosas los mercados seguirán represados en las bodegas, seguramente para justificar los “costos”.
La gente muy reconocida, le da crédito al alcalde por el manejo del suministro del agua, porque a lo mejor entre los encuestados se contaron personas, que a pesar de tener deuda con el Ibal, no les fue suspendido el servicio del líquido vital, conforme lineamientos del gobierno nacional. Que un candidato se remangue la camisa y se vaya a repartir mercados a los sectores vulnerables y de sus afectos es normal, pero que lo haga un gobernante pega duro, porque proyecta la imagen de hombre trabajador y en quien se puede creer. Al parecer, la gran mayoría de los que aplicaron para la encuesta fueron beneficiarios de algún mercadito.
La respuesta más coherente de los encuestados: La ciudad va por mal camino. Se podría resumir en una sola frase: ¿Hurtado se está pareciendo a Luís H? Muy preocupante, porque tan pronto se dispuso de recursos para malgastar comenzaron las sombras en el contrato de los mercados. Ya tiene a las espaldas los reparos por la contratación del coliseo del parque deportivo, que traen a la memoria de los ibaguereños, el modus operandi de Luís H. Rodríguez y su siniestro abogado Orlando Arciniegas, a la hora de licitar y adjudicar contratos. El proceso de contratación emergencias IBAL -invitación 018 2020-, ya tiene un sinnúmero de reparos, amén de la creación de un recaudo único de transporte para la ciudad, situaciones que de alguna manera opacan la transparencia de la gestión del alcalde Hurtado. El tonito sarcástico para con la prensa nacional cuando se le cuestionó la burla a la cuarentena. Gastar en costosos publirreportajes en medios nacionales.
A tan sólo 120 días de haberse posesionado anuncia crisis de su equipo de colaboradores, como muestra de improvisación y escasas competencias gerenciales, que dan a entender que los nombrados estaban en el lugar equivocado y como todos son de los lomos del barretismo, no salen de la administración, son tan sólo movimientos horizontales que dejan enquistada la mediocridad de aquellos que no “encajan” en el cargo, pero que a lo mejor tienen “suerte” en otro. En este caso puede haber una salvedad y fue al parecer, la negativa de la gerente del Imdri a firmar como supervisora el contrato del coliseo del parque deportivo. Algo presuntamente la preocupó, o a lo mejor experimentó “objeción de conciencia”. Pero le costó su criterio e independencia.
En los resultados de la encuesta y lejos de la realidad, la buena imagen del alcalde, al menos para los que no tragamos entero y tampoco tenemos oculta una intención política que nos lleve a aceptarla o a justificarla. Porque en una ciudad que va por mal camino, pero su alcalde tiene buena imagen, hay una distorsión que es entendible y justificada por los momentos de confusión y angustia en que se encuentra sumida la población. La ciudad va mal y no puede esperanzarse en un gobernante que está a muchos “piques” de convertirse en un verdadero líder.