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Acción desde la base – El planeta lo exige y las generaciones futuras lo merecen

El planeta lo exige y las generaciones futuras lo merecen; cada ibaguereño tiene algo que aportar en este gran propósito común.
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Adriana Matallana
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21 Sep 2025 - 8:02 COT por Adriana Matallana

Un error común es esperar que la solución a los problemas ambientales venga solo de las entidades públicas. Si bien el liderazgo gubernamental (municipal y departamental) es crucial –creando políticas, leyes y programas–, la acción real empieza desde la base de la sociedad. Hogares, empresas privadas, emprendimientos, universidades, gremios y organizaciones comunitarias: todos estos actores deben empujar juntos para lograr un Ibagué sostenible. Cada uno tiene un rol definido y complementario:

•    Hogares y ciudadanos a título personal: Son el primer eslabón. En casa se decide cómo se separa la basura, cuánta energía se consume, qué productos se compran y qué hábitos se transmiten a los hijos. Las familias ibaguereñas pueden reducir enormemente la huella ambiental colectiva practicando las 3R (reducir, reutilizar, reciclar) en su vida diaria. La participación activa de la comunidad es tan importante que los expertos la consideran indispensable para enfrentar problemas urbanos: esas 458 toneladas diarias de residuos en Ibagué demandan la participación activa de la comunidad en su solución, no solo acciones de la alcaldía. Cuando los vecinos de un barrio se organizan para recoger reciclaje una vez por semana, o una cuadra decide implementar un jardín comunitario en un lote baldío, se está generando cambio desde abajo.

•    Sector privado y empresarios: Lejos de ser antagonistas, las empresas deben ser aliadas en la sostenibilidad. De hecho, muchas soluciones requieren inversión y capacidad de gestión que el sector público solo no puede proveer. Las empresas locales tienen la oportunidad de innovar y subirse al tren de la economía circular, ya sea optimizando sus procesos productivos para generar menos residuos, o creando nuevas líneas de negocio “verdes”.  En mi concepto, la meta es que cada empresa se pregunte cómo puede aportar. Algunas gremios empresariales en Colombia (como ANDI) ya promueven la producción más limpia y reportan casos de éxito donde empresas redujeron hasta 30% sus desechos y ahorraron dinero en el proceso. En Ibagué, gremios como la Cámara de Comercio y la ANDI regional han organizado capacitaciones para pymes sobre economía circular, motivando a sectores tradicionales (textil-confección, construcción, agroindustria) a adoptar prácticas sostenibles. 

•    Emprendedores y startups verdes: Los emprendedores merecen mención especial porque suelen ser los catalizadores de ideas novedosas. Un emprendedor social ve en un río contaminado una oportunidad para crear un servicio de saneamiento; otro ve en los residuos agrícolas una fuente para producir papel ecológico. Ibagué necesita estos innovadores. Afortunadamente, se están creando plataformas para ellos: hackatones ambientales, fondos semilla para proyectos verdes, e incluso premios y reconocimientos (como los Ibagué Startup Awards en la cumbre Glocal de economía circular) para destacar a quienes aportan soluciones sustentables. 

•    Entidades educativas y académicas: Universidades, colegios técnicos y centros de investigación proveen el conocimiento y la innovación necesarios. En Tolima, la Universidad del Tolima viene investigando temas como aprovechamiento de biomasa, energías renovables y conservación de cuencas hidrográficas, cuyos resultados pueden guiar políticas públicas eficientes. Las instituciones educativas también forman a los profesionales que liderarán la transición verde: ingenieros ambientales, gestores de residuos, urbanistas sostenibles, etc. Una mayor articulación entre la academia y el sector público/privado garantiza que las soluciones implementadas tengan base científica y técnica sólida. Continuar y ampliar este tipo de colaboraciones asegurará una ciudadanía cada vez más informada y capaz.

•    Gobierno local y entidades públicas: Si bien no son los únicos actores, su rol sigue siendo crucial como facilitadores y reguladores. La Administración Municipal de Ibagué y la Gobernación del Tolima deben seguir generando condiciones habilitantes. Es importante destacar que las autoridades locales sí están tomando acción –aunque se espera siempre más–. Ibagué ya cuenta con un Plan de Gestión Integral de Residuos y ha institucionalizado la Semana del Reciclaje; la Gobernación creó un comité ambiental interno y trabaja en políticas departamentales de economía circular. Adicionalmente, entidades ambientales como Cortolima realizan seguimiento a la calidad del aire, del agua y apoyan procesos de reforestación y educación comunitaria. 

En conclusión, la sostenibilidad es un proyecto colectivo. Ibagué y el Tolima avanzarán más rápido y de forma más sólida si todos los sectores de la sociedad reman en la misma dirección. La frase “la acción empieza desde la base” significa que el punto de partida es la voluntad y cambios desde el ciudadano de a pie, pero igualmente implica que desde abajo se impulsa a los de arriba: una comunidad consciente demanda y colabora con sus gobernantes para implementar soluciones. Cuando un pueblo entiende que “hacer sostenible el planeta es cuestión de todos”, se rompe la pasividad y emergen liderazgos en cada esquina – el vecino que organiza, el empresario que innova, el profesor que inspira, el niño que da el ejemplo. Ibagué tiene esa oportunidad en sus manos hoy. Al combinar una ciudadanía educada ambientalmente, una cultura que valora la sostenibilidad, la adopción decidida de la economía circular, y la unión de esfuerzos entre el sector público, privado y comunitario, la ciudad podrá encaminarse a ser referencia de desarrollo sostenible en Colombia. 

El planeta lo exige y las generaciones futuras lo merecen; cada ibaguereño tiene algo que aportar en este gran propósito común. La construcción de un Ibagué sostenible comienza por casa, pero su impacto alcanzará a todo el departamento y más allá. Aprovechemos la oportunidad y seamos protagonistas del cambio verde.