Tras algo más de año y medio de gestión, Knudsen Quevedo se declara enamorado de Ibagué y el Tolima, no solo por el calor humano y el talento de sus gentes, su ubicación, también por sus paisajes, su clima y por el potencial de desarrollo que avizora para la región.
Afirma que aspira a mantener un permanente contacto con la universidad que lo acogió como su rector, a la cual le aportó sus conocimientos para buscar su proyección y desarrollo y que desde la embajada que asume a nombre del Gobierno Nacional en el país ‘teutón’, poder seguir aportándole al Tolima.
“Muchísimas son las satisfacciones, primero, haber trabajado con un equipo humano de unas características personales y profesionales maravillosas y segundo, haber llegado a una ciudad que de alguna manera es un paraíso porque tiene un clima ideal, donde hay calor, brisa, arborización, que está muy cercana a Bogotá donde podemos ir y volver el mismo día en la tarde, una región históricamente muy rica, pude por ejemplo, ir al Cañón de las Hermosas a la vereda San José, donde sufrieron mucho por el conflicto armado tras ese dominio que tuvo allí la guerrilla, conocer todas esas experiencias, ustedes tienen unas bellezas naturales impresionantes, ir a Fálan a Murillo, a Prado, a Chaparral, poder ir a Toche y contemplar las Palmas de Cera….en fin, me voy con la frustración de no haber estado en muchos sitios donde hubiera querido estar y sé que son maravillosos, esa es la mayor motivación para volver pronto”, expresa.
Dentro de los logros alcanzados en estos 18 meses de gestión, destaca la parte académica con el Proyecto Paz y Región, la Maestría en Derecho, el Doctorado en Administración, la Maestría en Administración, las Escuelas Internacionales de Verano y el nuevo Programa de Biología Ambiental; en investigación, destaca el Ascenso y Calificación de Grupos de Investigación, la participación de Unibagué en la Planta de harina de Plátano para Natagaima, los alcances en los Proyectos Colombia Científica, la publicación de la nueva edición de Tolimenses que Dejan Huella y la revista Árbol de Tinta.
También enfatizó logros en materia de Acreditación en Calidad, en la proyección internacional del claustro, el relacionamiento con diferentes estamentos e instituciones de los ámbitos público y privado, al igual que la gestión y fortalecimiento de las finanzas de la entidad.
“El ejercicio de auto evaluación para la acreditación, la construcción del nuevo Plan de Desarrollo Institucional para los próximos cinco años, haber mejorado la calificación de los grupos de investigación, llegar a 45 de los 47 municipios con el proyecto Paz y Región y haber logrado proyectos de impacto real en los ciudadanos de las diferentes regiones, es muy satisfactorio”, puntualizó.
Dijo que el reto que le impone su partida hacia Alemania es el de ir a un país muy importante en el mundo pero también muy importante y un cooperante para Colombia debido a esa relación que ha sido tradicionalmente muy cercana entre los dos países porque se tienen vínculos en la parte académica, la científica, la económica, la política, además que ha sido uno de los países que ha estado más de cerca con Colombia en la negociación del Acuerdo de Paz y uno de los grandes coadyuvantes para el post conflicto, que Alemania quiere al nuestro de manera desinteresada y para él, el reto grande es poder lograr que allá entiendan a la Colombia actual y las problemáticas que son complejas como el incremento en las áreas de cultivos ilícitos y la producción de sustancias psicoactivas que también los impacta a ellos porque les están llegando en mayores volúmenes y frente a todo eso, acá debemos ser conscientes de implementar medidas para corregir esas situaciones y también que desde la parte del desarrollo empresarial se puedan lograr acciones que redunden en bien de nuestro país.
“Me voy muy agradecido, seguiremos en contacto y espero que cuando regrese, volver para radicarme en el Tolima”, con esa frase de satisfacción y cordialidad se despidió este personaje que dejó su impronta, además se manifestó confiando en que en las de César Vallejo, la Universidad de Ibagué, queda en buenas manos y por eso, de manera simbólica le entregó 'la posta' del claustro.