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  |   28.Mayo.2023   |   Por:  
Álvaro Montoya

Conceptos cruzados en la celebración centenaria de la Cámara de Comercio

Álvaro Montoya
Crédito: 
Javier Pérez / Ecos del Combeima
Velotax
Todo inició con una nutrida asistencia, aunque la mitad de los allí presentes no eran empresarios.

Celebración especial y oportuna, pero un poco picante para el acostumbrado y exquisito paladar del ente cameral, acostumbrado a degustar la incertidumbre que produce el tradicional y acostumbrado encargo administrativo de la formalidad empresarial a través del registro mercantil en cada territorio, así como la custodia y el manejo de su propia información.  

Celebración centenaria de la Cámara de Comercio de Ibagué, muy diferente a cualquiera de sus pares camerales que han celebrado ya 10 décadas; pues le correspondió a la de Ibagué cumplir 100 años, precisamente cuando el país está siendo administrado de otra manera y bajo otro concepto ideológico.

Todo inició con una nutrida asistencia, aunque la mitad de los allí presentes no eran empresarios, pero sí personas interesadas en el evento. Luego que el presidente de la junta hizo lo propio y aperturó el evento con un discurso algo predecible y cargado de ilusiones, como suele darse en este ejercicio de hacer empresa; vino la presentación de su presidente ejecutivo quien había sido blanco de criticas, especialmente en época de pandemia cuando pudo haber hecho mucho más para evitar la deserción hacia la informalidad de más de 5.000  micronegocios , teniendo el dinero y la justificación para  hacerlo; pero eso ya pasó, y su presentación gustó  y dejó entrever que domina el tema y goza de buena salud, como lo refrendó su homologo Barranquillero Manuel Hernández, presidente de la Junta Directiva de Confecámaras.  Por último, el saludo protocolario que se esperaba del señor alcalde, se convirtió una rendición de cuentas, sin entender él, que era un evento de empresarios para empresarios.  

Pero los conceptos cruzados, empezaron exactamente ahí, después que el superintendente de Sociedades escucha al alcalde de Ibagué, y luego le precis, que piensan muy diferente, pero que viven en el mismo país, y también cuando invitó al anfitrión Brian Bazin Bulla, a quitarse la corbata y ponerse el overol para visitar  pueblos y barrios donde están los empresarios que este gobierno quiere ayudar; recalca a los presentes que toca entender que las empresas de este país, no son solamente aquellas que están registradas en las cámaras de comercio, ni las vigiladas por la superintendencia; que son  mucho más, y que son precisamente esas pequeñas empresas, las que este gobierno quiere acompañar y ayudar a transformar. 

Dijo y repitió, el vocero empresarial de este gobierno, que las cámaras de comercio están abocadas a transformarse, reclamando la ausencia en estas organizaciones y en sus juntas, de ese empresariado pequeño, unipersonal, familiar y popular; que son hoy la mayoría, y genera el mayor número de empleos en este país. Y es que de los 14 millones de colombianos que trabajan en esos pequeños negocios, por lo menos el 85% están en la informalidad, sin contrato ni prestaciones, y de las 6.7 millones de unidades productivas que tiene este país, 6.6 millones son pequeños, y de ellos, 5.8 son informales.  

Acentúa el superintendente que no gusta de las obras de construcción hechas por las cámaras de comercio, y que se declara amigo, pero de las obras sociales, y lo dice claramente refiriéndose al Centro Multipropósito Ibagué, proyectado por la CCI. Advirtiendo además, que toca mirarlo con lupa, o sea, difícilmente lo viabilizará.

Por ello, percibimos que esos ahorros de más de 8.000 millones, que tiene hoy la Cámara de Comercio de Ibagué para avanzar en esa obra civil, se le cambiará su destino, y seguramente se usará para reforzar programas sociales orientados a fortalecer la economía popular y un gran número de empresas, que el superintendente referencia como, no registradas. Así el centro de convenciones lo terminará construyendo la Alcaldía de Ibagué, como parte de su equipamiento urbano y no la CCI., cuyos ahorros, tendrán otros destinos. 

Cambios inesperados en las reglas de juego para los entes camerales dejó entrever Billy Escobar, Superintendente de Sociedades, especialmente en el manejo de afiliados, de los recursos económicos, las inversiones en infraestructura y sus juntas directivas. Duro, muy duro, pero se vino el cambio en las cámaras de comercio; así se escuchó, quiérase o no entender.