Los tolimenses y muy especialmente los ibaguereños no podemos dejar de soñar con la grandeza de nuestro futuro. Pero para que ese futuro sea realmente exitoso tenemos que poner ya, hoy los pies en la tierra y aterrizar pensando en la reconstrucción de nuestro presente, para que con las bases que cimentemos hoy nuestro nuevo modelo de desarrollo tengamos solides y grandeza en nuestro futuro.
En ese trabajo y esfuerzo conciliado tienen que participar directamente todos los componentes que conforman nuestra comunidad a través de sus líderes: Sectores sociales. Intelectuales. Económicos, Políticos, etc.
Para lograr un nuevo modelo de desarrollo. La invitación es a cambiar la forma de pensar y entender que el orden y la forma de las cosas en el mundo cambio. No podemos seguir pensando y actuando igual que hace dos días. Aunque esto parece muy radical es el comienzo, los instamos a ensayar un enfoque práctico e implementar un verdadero cambio de actitud ante nuestra cotidianidad.
La realidad no se puede negar, nuestro atraso respecto a otras regiones del país con menos recursos que nosotros da grima y vemos que con su actitud y con garra han vencido sus carencias, no han abandonado sus creencias, pero trabajan en comunidad por el desarrollo.
El trabajo colegiado que requiere nuestro momento implica entender que nunca es tarde y que tenemos hoy todas las posibilidades de dar un gran salto en el desarrollo armónico de nuestra ciudad y con ello del departamento.
De cada uno de los componentes de nuestra comunidad se requiere el surgimiento y estímulo para quienes en forma trasparente y aguerrida asuman esa responsabilidad y lideren el proceso hacia esa nueva cultura. (sin envidias, ni personalismos, no solo queriendo figurar, sin trabajar o sin asumir responsabilidades).
Tenemos carencias totales de liderazgo en el trabajo social, en el sector privado, en la clase política. No porque esos espacios estén vacíos, es porque tenemos que mejorar los niveles altruistas, profesionales e intelectuales de quienes los ocupan hoy. Todo es susceptible de mejorar y eso no lo estamos haciendo.
Estamos aceptando algunas personas que lograron su acomodamiento y no sueltan su zona de confort. Son hábiles, no se puede negar, pero nadie más se preocupó o logro estar ahí, pero su ciclo termino toco techo. Pero ojo, hoy no se debe desconocer ese conocimiento y experiencia de esas personas deben pasar a ser consultadas para que no se cometan los mismos errores en el futuro.
Hacia el futuro (hoy) debemos dar un salto cuántico y pasar de donde estamos a donde queremos estar, sin tener que pasar por situaciones traumáticas, ni que polaricen la ideología y objetivos a lograr. Todos tenemos posibilidades infinitas, debemos ponernos en estado de expansión, no en estado de molestia e inconformidad, debemos tener la capacidad de percibir e interpretar nuestras necesidades dando otra forma a la estructura que requiere la comunidad, si cambiamos nuestra mentalidad cambiamos nuestra forma de vida. Cuando modificamos ese marcador ejercemos un efecto sobre todos los demás.
Necesitamos en forma urgente líderes en todos los sectores, pero es claro, en ese rol de liderazgo quienes lo asuman se lo deben ganar, para que lo ejerzan asumiendo la responsabilidad que ello conlleva, no se deben imponer, ni improvisar, hay que respaldarlos de forma muy trasparente.
Paso a paso
o Lo primero, es tener conciencia de ser un líder nato o ser un líder en formación. Querer ser realmente un líder. No por tener un “escampadero”, porque no se encontró nada más que hacer o por necesidad económica.
o Lo segundo, es conocer el tema que se quiere liderar, profundizar en él, investigar y capacitarse profesionalmente. No asumir por influencias o amiguismo.
o Y tercero, trabajar como líder por el desarrollo, beneficio y objetivos de la ciudad o el departamento. No para el beneficio propio y satisfacción de los apetitos económicos y personales.
Líderes de verdad
En un nuevo modelo de desarrollo como el que requiere nuestra ciudad es indispensable que la comunidad a conciencia escoja sus líderes y les exijan resultados y excelentes relaciones entre nuestra clase política gobernante, el sector privado y sus dirigentes gremiales.
Pero esto siguiendo la máxima de las alianzas estratégicas; (el trabajo en equipo), respetando el espacio y el rol de los demás. No es para que los políticos pierdan su norte de servicio a la comunidad y quieran ser dirigentes gremiales y los dirigentes del sector privado y gremiales dejen de trabajar por su representados y pierden su norte de generar riqueza para la ciudad y quieran asumir el rol de políticos.
Esto requiere unas reglas de juego muy claras para que no exista el conflicto de intereses que nos tiene en esta “lucha” intestina que solo da como resultado el atraso y rivalidades inocuas de hoy. Quien quiera hacer o influenciar el trabajo del otro, que cambie de rol sin ambigüedades cumpliendo primero con la responsabilidad que asumió.