
La situación económica de Colombia y el mundo genera enormes dudas. El futuro del país en el corto y mediano plazo es incierto especialmente cuando las tasas de interés están por las nubes, el dólar no para de subir y la inflación hace de la suyas con el bolsillo de los colombianos. Se avizora una recesión económica global según el Banco Mundial y el próximo año en Colombia habrá una disminución del gasto público gracias a una nueva ley de garantías.
Viajar a los Estados Unidos o a cualquier destino en el exterior se hace cada día más complejo, el dólar está cerca a la barrera de los $ 5.000 pesos, por lo que comprar pasajes o paquetes turísticos internacionales es sumamente costoso. Esta amenaza se puede convertir en una enorme fortaleza para el turismo nacional pues toma fuerza buscar destinos al interior del país como la mejor opción que por ahora tenemos los colombianos. Es el momento para que el Gobierno Nacional estimule la llegada de turistas al país quienes, aprovechando esta tasa de cambio que tanto les favorece podrán disfrutar por el mismo valor una estadía más larga y conocer todas las opciones de Colombia para el mundo.
Mientras los destinos de mayor flujo y afluencia para turistas nacionales e internacionales como Cartagena, San Andrés, Medellín, Bogotá y Santa Marta se preparan para aprovechar esta coyuntura, vale la pena preguntar ¿qué pasa con el Tolima? y ¿qué estrategias se están adelantando desde el gobierno, gremios y academia para no quedar por fuera del mapa turístico nacional?
¿El departamento del Tolima es un destino?, qué estamos haciendo mal?
Si se analizan las cifras que muestran el comportamiento del aeropuerto Perales y de los terminales de transporte, se observa que son muchos más los pasajeros que salen desde territorio tolimense, ya sea en avión o en transporte terrestre, que los que llegan. En el año 2021 salieron 39.427 (origen) y llegaron 35.341 (destino), en lo corrido del año 2022 han salido 41.657, mientras han arribado 34.530, somos más origen que destino. Para reforzar esta teoría, vale la pena analizar el comportamiento del transporte terrestre: en el año 2021 en el trayecto Ibagué – Bogotá, salieron de Ibagué 591.000 pasajeros, mientras arribaron 505.505. En el año 2022 el comportamiento muestra que han salido en el mismo trayecto 471.170 desde Ibagué, mientras han arribado 378.454.
Al hacer la comparación de las cifras de transporte aéreo con otros departamentos encontramos que el aeropuerto de Matecaña en la ciudad de Pereira, presentó para el año 2021 un flujo de salida de pasajeros (origen) de 1.177.229 pasajeros, El Edén en Armenia 233.208 pasajeros, La Nubia en Manizales 86.181 y Perales 39.427. Durante el presente año 2022 al mes de septiembre, el comportamiento en el mismo orden es: Matecaña 781.232, El Edén 175.290, La Nubia 41.894 y Perales 41.657.
La principal conclusión de este análisis radica en que el Tolima no es ni origen ni destino en transporte de pasajeros. Caso contrario sucede con el trasporte de mercancías donde el Tolima sí es un origen, especialmente en productos agropecuarios, agroalimentarios y materias primas.
Hace algunas semanas Procolombia mencionó los principales destinos del país en materia de turismo. Por cierto, el Tolima no fue mencionado ni tenido en cuenta como un destino de alto valor por lo que directivos gremiales (Cotelco y el Bureau) y actores de gobierno se pronunciaron y pusieron el grito en el cielo, alegando porqué este departamento, con la ubicación estratégica y la cantidad de oportunidades, no fue tenido en cuenta.
Vale la pena aclarar que cuando nos referimos a destino no es solamente en aspectos de turismo. El destino también es de negocios, servicios, eventos y convenciones (turismo MICE), salud, naturaleza, cultura y deporte, entre otros. Un destino se conforma por un conjunto de atributos que generan la movilidad esperada. Sin lugar a duda la estrategia “Ibagué Destino Deporte” fue un salvavidas durante 2021 y 2022 para los sectores de hotelería, transporte y servicios. Esto demuestra la necesidad de articular mucho más los sectores; no es posible que cada uno esté pensando de manera individual y solo en su propio beneficio. El sector de turismo en el Tolima necesita una estrategia de gobernanza que genere mayor unidad y empatía entre los actores.
Si se busca reactivar el aeropuerto Perales a partir de la tan esperada afluencia de aerolíneas y vuelos para garantizar la movilidad de pasajeros en origen y destino, se deben adoptar estrategias mejor enfocadas. El desarrollo económico de Ibagué debe ser integral y mientras los diferentes gremios, especialmente las Cámaras de Comercio, gobiernos y academia no se den a la tarea de integrar las acciones para hacer de Ibagué y el Tolima un destino integral con múltiples apuestas, difícilmente el aeropuerto Perales podrá salir de ese círculo vicioso en el que se encuentra. El problema no es el aeropuerto, el problema es el destino. El transporte aéreo es un negocio y donde no hay rentabilidad, no hay vuelos, así de sencillo.
Ibagué es un destino de cercanía o de corta distancia (por el momento), lo que hace que la permanencia sea de pocas noches y por ese motivo no se viaja en avión. Una alternativa a fortalecer es la de un destino vacacional con una oferta de actividades más amplia que genere mayor estadía y de mejor perfil de clientes, de esta manera se aumentará el tráfico aéreo.
Para fortalecer a Ibagué como destino de eventos e inversión se requiere organizar la ciudad respecto de esta vocación, un centro multipropósito como el propuesto por la CCI de Ibagué, una agenda permanente de eventos, ferias y convenciones, parques recreativos (estilo Caike) y mayor inversión en infraestructura hotelera. Esta es una posibilidad real que le sumaria mucha demanda al transporte aéreo. “Mientras seguimos pidiendo pista para el aeropuerto, también debemos enfocamos en construir un destino”.